Cadáveres apilados en bolsas de basura, pacientes atendidos a la intemperie, falsos positivos y personal sanitario sin el equipo necesario de protección. Los anteriores son muestras del frágil y fragmentado sistema sanitario de Perú está al límite para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
Tras una férrea cuarentena y toques de queda nocturnos ininterrumpidos desde el 16 de marzo, la curva de contagios sigue en ascenso. Y lo que es peor, sin visos de aplanarse pese a las distintas medidas de aislamiento social.
El pico máximo de propagación del virus SARS-CoV-2 en Perú se esperaba inicialmente para finales de marzo, un pronóstico que se ha ido cambiando semana tras semana, pues los contagios han seguido a un ritmo superior, y con ello también el número de hospitalizados en cuidados intensivos y de fallecidos.
Eso ha mellado el optimismo inicial con el que tanto autoridades como población afrontaron al inicio la emergencia. Cuando apenas tenían 71 casos registrados Perú fue el primer país de Latinoamérica en dar el paso hacia la cuarentena obligatoria y el cierre de sus fronteras.
Sin embargo, después de casi seis semanas de confinamiento, los registros marcan casi 600 muertes y más de 20.000 infectados. No se ha logrado de detener el virus, pero al menos su expansión se ha frenado para que el sistema sanitario público de Perú no colapse con rapidez.
SISTEMA SANITARIO AL LÍMITE
«Se tomaron las medidas a tiempo. Sin esas medidas, imagine cómo estaría nuestro precario sistema de salud», dijo el jueves el presidente de Perú, Martín Vizcarra.
Por el momento, Perú anunció la ampliación de la cuarentena hasta el 10 de mayo. Mientras, la limitada capacidad hospitalaria, con 656 unidades de cuidados intensivos para pacientes de COVID-19, está a punto de quedarse corto.
Actualmente quedan disponibles menos de 200 de respiradores artificiales a nivel nacional, pero las regiones con menor capacidad ya se han visto colapsadas. Y con ello, se han disparado el número de muertes.
Esto ha dado lugar a dramáticas escenas difundidas en redes sociales. Pacientes atendidos en camas o en sillas de ruedas a la intemperie en el Hospital 2 de Mayo, del centro de Lima. Pero lo más dramático, colchonetas en el Hospital Regional de Loreto, en cuya morgue tuvieron que apilar los cadáveres en bolsas de basura negras.
En otros hospitales de la capital peruana el personal sanitario ha salido a protestar a la calle para denunciar la falta de elementos de seguridad que eviten su contagio.
A MÁS MUESTRAS, MÁS POSITIVOS
Con las cifras oficiales en la mano, Perú es el tercer país de Sudamérica con más casos de coronavirus, solo superado por Brasil (46.000 infectados) y Ecuador (22.160). Esto se debe a que Perú es uno de los países que más pruebas ha realizado, mucho más que otros países vecinos con más habitantes.
En las primeras semanas de la cuarentena parecía que la pandemia estaba parcialmente controlada gracias a la rápida reacción, pero a medida que se aumentaron el número de pruebas diarias salió a la luz más y más contagios.
Hasta el 6 de abril se habían hecho 20.400 muestras, de las que 2.561 habían dado positivo. Desde esa fecha hasta ahora se analizaron otras 160.000 muestras, de las que salieron positivas unas 18.000.
Tanto antes como después el porcentaje de positivos están sobre el 10% del total de pruebas, lo que extrapolado a la población nacional arrojaría hasta tres millones de eventuales infectados. EFE