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Desparasitación infantil: un paso esencial para el regreso a clases

23 de agosto de 2024
Lizette Abril

1.7 millones de estudiantes del régimen Sierra-Amazonía inician sus clases en el país el próximo mes de septiembre. Expertos recomiendan realizar chequeos médicos completos para prevenir enfermedades y fomentar un estado de salud óptimo.

Desparasitar a los niños antes del regreso a clases es una medida clave para proteger su salud y bienestar. Según los expertos esto les asegura un rendimiento académico óptimo. Los parásitos intestinales, como lombrices, tenias y otros tipos de gusanos, son comunes en los niños, especialmente en aquellos que pasan mucho tiempo al aire libre o en entornos donde la higiene puede ser difícil de controlar.

El doctor Gregory Celis director Médico de Laboratorios Bagó, explica que los parásitos pueden afectar la absorción de nutrientes, lo que puede provocar problemas de crecimiento, anemia, y falta de concentración en los niños, además de molestias digestivas, lo que puede comprometer el sistema inmunológico y la capacidad del niño para concentrarse y aprender en la escuela.

Los síntomas más comunes de la presencia de parásitos incluyen dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, picazón en el área anal, y fatiga, señala el galeno. En algunos casos, puede haber falta de apetito y dificultad para dormir.

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Por ello, recomienda desparasitarlos cada seis meses, pero esto puede variar dependiendo del riesgo al que estén expuestos y la recomendación del pediatra.

Desparasitar a los niños antes de que comience el año escolar no solo contribuye a su bienestar físico, sino que también les permite empezar las clases con la mejor disposición posible para aprender. “Un niño saludable es más propenso a estar alerta, participativo y a aprovechar al máximo las oportunidades educativas”, dice el médico.

El proceso de desparasitación es simple y generalmente implica la administración de un medicamento antiparasitario que elimina los parásitos del cuerpo. Estos tratamientos suelen ser seguros y bien tolerados, con efectos secundarios mínimos, dice el médico.

Sin embargo, el médico recomienda seguir las indicaciones del pediatra o médico de cabecera para elegir el medicamento adecuado y determinar la dosis correcta según la edad y el peso del niño.

Además de la desparasitación regular, existen otras medidas preventivas que los padres pueden adoptar para minimizar el riesgo de infestación parasitaria:

  • Fomentar la higiene personal: Enseñar a los niños a lavarse las manos con agua y jabón antes de comer y después de usar el baño es crucial para prevenir la propagación de parásitos.
  • Cortar las uñas regularmente: Las uñas cortas reducen la posibilidad de que los parásitos y sus huevos se alojen bajo ellas.
  • Consumir agua potable: Asegurarse de que los niños beban agua segura y filtrada reduce el riesgo de ingerir parásitos presentes en el agua contaminada.
  • Cocinar bien los alimentos: Evitar el consumo de carnes crudas o mal cocidas, y lavar adecuadamente frutas y verduras antes de su consumo.
  • Evitar el contacto con suelos contaminados: Enseñar a los niños a no caminar descalzos en áreas donde pueda haber heces de animales o humanos, que pueden contener huevos de parásitos.

Otros chequeos médicos recomendados

Los chequeos médicos preventivos no solo determinan la salud general del niño, sino que también contribuye a su éxito escolar a largo plazo. Estos incluyen evaluaciones pediátricas, oftalmológicas y auditivas, así como análisis de laboratorio, que ayudan a garantizar que los estudiantes estén bien equipados para enfrentar los retos del año académico. Entre los beneficios se encuentran el mejor rendimiento en notas y la mejora del desarrollo social, ambos aspectos fundamentales durante la infancia.

Ana Herrera, pediatra de SIME, señala que es indispensable que los padres «no subestimen la importancia de los chequeos médicos preventivos». Menciona que una valoración integral es vital para el desarrollo escolar de los niños y les ayuda a asegurar su bienestar y su capacidad para aprender efectivamente.

«No podemos permitir que problemas de salud no diagnosticados afecten la futura vida académica de los estudiantes. La prevención y la atención oportuna son nuestras mejores herramientas”, afirmó

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