EE.UU. busca despenalizar la prostitución

Una legisladora del estado de Vermont quiere hacer que la prostitución no conlleve tantos riesgos y acabar con el estigma que a menudo hace que las trabajadoras sexuales no acudan a la policía o busquen atención médica.

Un proyecto de ley presentado el mes pasado por la representante Selene Colburn despenalizaría la prostitución sin tocar las leyes contra el tráfico sexual.

Colburn, sin embargo, piensa que otra propuesta paralela tiene mejores posibilidades de ser aprobada. La iniciativa daría inmunidad a las personas que fueron víctimas o testigos de un delito que involucra prostitución o tráfico sexual para que puedan hacer la denuncia correspondiente.

“Hoy por hoy las trabajadoras sexuales sienten que no tienen acceso a protección policial”, sostuvo Colburn. “Hay toneladas de estadísticas sobre la violencia, los altos niveles de violencia, y las agresiones sexuales que sufren las personas involucradas en el trabajo sexual”.

La iniciativa de Vermont es parte de un incipiente movimiento que busca despenalizar la prostitución. El objetivo es evitar que las trabajadoras sexuales sean agredidas, explotadas y traficadas, y que enfrenten castigos por violar las leyes.

Los activistas dicen que los proyectos son una forma de iniciar un diálogo sobre el tema. Afirman que, con más educación, es posible que otros estados y jurisdicciones consideren la despenalización de la prostitución.

“Muchas trabajadoras sexuales se dedican a eso obligadas por las circunstancias: No tienen vivienda, tienen incapacidades, son trans y son discriminadas en los trabajos”, dijo Nina Luo, de Decrim NY, una agrupación que impulsa la despenalización en el estado, y la ciudad, de Nueva York.

Actualmente la prostitución es legal solo en Nevada, donde ocho condados autorizan el funcionamiento de burdeles.

En Nueva York, donde se presentó un proyecto de despenalización el año pasado, los activistas quieren dejar sin efecto castigos por ofrecer servicios sexuales en las calles. Dicen que a menudo se reprime a personas por su aspecto físico, particularmente a los transgéneros.

“Es un paso en los esfuerzos por recuperar nuestra identidad, nuestra voz”, expresó TS Candii, una mujer transgénero de Nueva York y extrabajadora sexual. “Esto es un paso que se da. Queremos poder salir a la calle sin tener que preocuparnos demasiado… de que la policía nos moleste por nuestro aspecto”.

El Departamento de Policía de Nueva York dice que “cambió su perspectiva” y que ahora se enfoca en los traficantes y en quienes promueven o solicitan prostitutas.

Una propuesta para despenalizar el pago y el ofrecimiento de servicios sexuales en Washingron se empantanó el año pasado. Tampoco avanzaron demasiado iniciativas en Maine y Massachusetts.

Modificar las leyes sobre la prostitución no es sencillo. En Nueva York, por ejemplo, una agrupación llamada Not on My Watch! (¡No mientras yo esté aquí!) dijo que el Proyecto, de ser aprobado, “abriría las puertas a la instalación de prostíbulos”.

“Lo presentan como la despenalización del ‘trabajo sexual’, pero esto equivale a legalizar a los proxenetas, los burdeles y el pago de servicios sexuales”, escribió la fundadora del grupo, conocida como Que English, en un editorial.

La Organización Nacional de Mujeres se opone a una despenalización total y apoya en cambio que se eliminen los castigos a las prostitutas pero no a quienes las contratan y a otros que se benefician económicamente de esos servicios. La Organización Mundial de la Salud está a favor de la despenalización.

La promotora del proyecto de Vermont, Colburn, dijo que es hora de empezar a hablar sobre el tema de la prostitución. Y se preguntó:

“¿Hay alguna razón por la que se deban penalizar las relaciones sexuales consensuales entre personas en cualquier circunstancia?”./ AP