La dermatitis es una afección cutánea común que se caracteriza por la inflamación de la piel, provocando síntomas como enrojecimiento, picazón, hinchazón, y en algunos casos, ampollas o descamación. Existen diferentes tipos de dermatitis, siendo las más frecuentes la dermatitis atópica, dermatitis de contacto, y dermatitis seborreica.
Aunque no es contagiosa, puede causar molestias significativas y afectar la calidad de vida de quienes la padecen. La dermatitis atópica, también conocida como eccema, suele presentarse en personas con antecedentes de alergias o asma. Es frecuente en niños, aunque también puede persistir en la edad adulta.
Mientras que la dermatitis de contacto ocurre cuando la piel entra en contacto con sustancias irritantes o alérgenos, como productos químicos, cosméticos o ciertos metales.
Y la dermatitis seborreica se manifiesta en áreas del cuerpo con mayor producción de grasa, como el cuero cabelludo, la cara y el pecho. Está relacionada con factores genéticos y la actividad de las glándulas sebáceas.
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Las causas de la dermatitis varían según el tipo, pero en general pueden incluir factores genéticos, contacto con irritantes, alergias, sequedad de la piel, cambios climáticos, e incluso el estrés. La dermatitis atópica, por ejemplo, tiene un componente hereditario, mientras que la de contacto se produce cuando la piel reacciona a sustancias externas, sostiene la doctora Carla Cevallos, médico ocupacional de Bagó.
Un estudio de la Fundación Ecuatoriana de Dermatología en 2023 indica que el 20% de los niños y el 10% de los adultos en el país experimentan dermatitis en algún momento. A nivel global, la OMS reporta que la dermatitis atópica afecta al 15-20% de los niños y al 1-3% de los adultos.
En Ecuador, esta condición, que incluye dermatitis atópica, de contacto y seborreica, afecta al 10% de la población infantil, con un aumento en los casos recientes. Los factores incluyen predisposición genética, exposición a alérgenos, irritantes ambientales y condiciones climáticas extremas.
Consejos para prevenir la Dermatitis
Hidratación Regular:
Mantener la piel bien hidratada es esencial para prevenir la resequedad. Se recomienda el uso de emolientes adecuados, especialmente en climas cálidos y húmedos para ayudar a mantener la barrera cutánea.
Evitar Irritantes:
Es crucial identificar y evitar sustancias que puedan desencadenar una reacción en la piel. Esto incluye ciertos detergentes, productos de cuidado personal con fragancias fuertes y materiales sintéticos.
Cuidado con el Clima:
Se recomienda utilizar ropa ligera y transpirable y evitar la exposición prolongada al sol. Las prendas hechas de fibras naturales, como el algodón, permiten que la piel respire y reducen la irritación. Evita las telas sintéticas y ajustadas, que pueden aumentar la sudoración y el roce.
Consulta con un Especialista:
Se aconseja a las personas con síntomas persistentes que busquen la orientación de un dermatólogo para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
Aunque la dermatitis presenta algunos desafíos, puede ser manejada eficazmente con el tratamiento adecuado y al adoptar un enfoque proactivo, es posible minimizar su impacto y mejorar el bienestar general.
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