Los largos cortes de energía pueden arruinar los alimentos. Y aunque perder todo lo que hay en el refrigerador puede ser un golpe duro para el bolsillo, lo realmente grave es el riesgo para la salud que puede causar una intoxicación alimentaria.
Para detectar alimentos contaminados, hay que confiar en los sentidos. Si notas un olor raro, un color extraño o una textura inusual, ¡es hora de desechar! Las carnes y el pollo en mal estado, por ejemplo, se vuelven pegajosos y adquieren un tono verdoso.
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Las bacterias y microorganismos nocivos proliferan rápidamente. Al romperse la cadena de frío y al aumentar la temperatura, se acelera el crecimiento de patógenos como salmonela, E. coli y listeria, que son responsables de intoxicaciones alimentarias.
El consumo de alimentos contaminados puede provocar problemas estomacales como vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. En casos graves, puede generar infecciones más serias, especialmente en personas con el sistema inmunológico debilitado. Recuerda siempre verificar la temperatura de los alimentos y evitar consumir productos que hayan estado fuera del refrigerador por más de 2 horas.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) November 28, 2024