El zoológico de Quito reabre hoy sus puertas , después de 110 de clausura debido a la emergencia sanitaria por COVID-19.
Ubicado en la parroquia de Guayllabamba, a 25 kilómetros de la capital , el zoo recibirá a los visitantes en un horario de 9:00 a 16:00.
Esto después que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal autorizara la reapertura de sus instalaciones.
Se trata de uno de los de los más grandes del país y hogar de 600 animales, de los que cerca de la mitad llegaron al centro de rescate como especies víctimas de cacería, tráfico y comercio ilegal o mascotización.
La institución presentó un protocolo que prioriza el distanciamiento social e incluye medidas sanitarias para salvaguardar el bienestar de visitantes, su equipo de trabajo y de los animales.
«El Zoológico es un área segura, gozamos de aire libre y naturaleza, hay mucho espacio y mantendremos la distancia con la gente», dijo Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito
MEDIDAS DE SEGURIDAD PARA EVITAR CONTAGIOS
Entre las medidas contempladas está la limitación del aforo a 435 personas, que deberán distribuirse a lo largo de los 1.350 metros lineales de senderos y caminos.
Además, el personal del zoológico realizará un control, cada hora, del número de personas registradas en la entrada y salida.
Antes del ingreso, se revisará el uso obligatorio de mascarillas y se tomará la temperatura de los visitantes.
Se realizarán nuevos recorridos para evitar aglomeraciones, en tanto que se mantendrán cerradas tanto áreas de congestión como ambientes sin ventilación.
El director del centro aseguró que están acostumbrados a protocolos sanitarios y mantendrán las instalaciones limpias todo el tiempo.
Asimismo, invitó «a la gente para que se reencuentre con la naturaleza, en este espacio seguro».
ACCIONES DURANTE LA CUARENTENA
Durante la cuarentena el zoológico continúo trabajando sin público pese a las limitaciones existentes por la emergencia sanitaria.
Desde enero hasta la fecha, fueron rescatados 70 animales provenientes del tráfico de especies, la caza y la mascotización.
Uno de los casos más recordados fue el rescate de Iguiñaro, un cóndor andino que no podía volar al ser disparado por un cazador, que le dejó un perdigón en un músculo