En el más reciente libro «Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar», la viuda del fallecido narcotraficante, Victoria Eugenia Henao, confesó quiénes fueron los que se quedaron con la fortuna de quien fuera el capo líder del cartel de Medellín.
Henao afirmó que los enemigos de Escobar la citaron para ajustar cuentas tras la muerte de su exesposo. Ahí, en dicha reunión, la obligaron a entregarles varias propiedades, hasta las que habían sido incautadas por el Estado.
Según explicó, la deuda de Pablo Escobar con otros carteles ascendía a más de 120 millones de dólares. Tras pagar esta suma, la mujer aseguró que su vida y la de su familia no corrieran peligro.
Los encargados de cobrar dicho dinero le exigían el pago como perdón a todo lo que habían gastado en la guerra con él y por los daños y perjuicios que este les causó con secuestros, asesinatos, daños a sus propiedades, entre otros.
Victoria cuenta en su libro que tuvo que negociar con “los principales capos del narcotráfico en Colombia”, entre ellos los jefes del cartel de Cali, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, José ‘Chepe’ Santacruz y Hélmer ‘Pacho’ Herrera.
La negociación duró alrededor de 8 meses, bajo la vigilancia de un equipo de siete abogados y dos asesores contables. Al final, pusieron a disposición 62 bienes que había dejado Escobar, varios de ellos estaban incautados por el Gobierno.
“La reunión fue larga y tediosa, porque se dedicaron a escoger uno a uno los 62 bienes incluidos en la lista que llevé. Pero a diferencia de nuestro primer encuentro, me pareció otra buena señal que aceptaran recibir el 50% de la deuda en bienes incautados y el restante porcentaje en propiedades listas para comercializar, eso sí, libres de apremios judiciales. Eso de apropiarse de bienes ‘emproblemados’ tenía una explicación: sus conexiones en las altas esferas del Estado les ayudarían a ‘lavar’ los bienes de Pablo, dejando por fuera a sus herederos. Lo que evidentemente sucedió”.
Así se entregaron las propiedades
- El jefe paramilitar Carlos Castaño, por exigencia de su hermano, Fidel Castaño, se quedó con un lote de nueve hectáreas ubicado en la mansión Montecasino. Los Castaño también se adueñaron de, al menos, una docena de lotes en lugares céntricos de Medellín, donde construyeron varios hoteles. Esos dos jefes paramilitares también se quedaron con dos pinturas de más de 3 millones de dólares.
- Varios capos, de los que no dio los nombres, se repartieron un complejo de torres de apartamentos en El Poblado y una finca en los Llanos Orientales, que tenía pista de aterrizaje.
- Al ‘Comandante Chaparro’ le entregó dos fincas, una con una pista de aterrizaje y otra al lado de un río, junto con esto, máquinas de la Hacienda Nápoles, entre ellas, una costosa motoniveladora y una planta eléctrica.
- Leonidas Vargas le dijo a la viuda que su marido le debía un millón de dólares. Por eso, ella le dio un avión de Pablo Escobar, que la Fiscalía había ordenado devolverle a la familia del capo, tras estar confiscado durante 10 años. También le entregó unas avionetas y helicópteros, así como carros Jaguar, BMW y Mercedes Benz, motos de alto cilindraje, lanchas y jet ski, igualmente fueron parte de la negociación. Infobae