Por Yadira Trujillo Mina
«Por favor, mami, te suplico, no digas nada», le dijo Henry (nombre protegido) a su madre, Ximena. «Te lavo el carro cada semana, limpio la casa. Castígame, pero no digas nada». El chico de 16 años tenía pánico y le pedía a su madre que no hable sobre lo que le pasaba en el colegio particular Borja 3 Cavanis.
La madre no lo tenía claro, pero sospechaba. En abril de este 2023, Henry desapareció entre las 18:00 y las 22:00. A esa hora, un hombre lo entregó a la familia, tras haberlo encontrado en la calle, bañado en sangre. El chico no quiso decir qué le pasó, pero en el colegio, Ximena pudo averiguar con quiénes se fue.
En repetidas ocasiones, cuenta la madre de familia, su hijo llegó a la casa golpeado y a ella le llamaban de la enfermería del colegio por el mismo motivo. «Me decía que se había golpeado, que él tenía la culpa». Hasta que el pasado 4 de mayo, la llamada no fue por un golpe leve.
Video por Hellen Quiñónez
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«Nunca me imaginé el cuadro que vi». Ximena llegó al colegio y encontró a su hijo en la enfermería, con la cara hinchada, la nariz fracturada y su ropa ensangrentada. Este es su testimonio:
«Supuestamente, un estudiante le dijo que la gorra que estaba puesto mi hijo es de él. Lo insulta, empuja y le da una patada en la cara. Le causó una fractura de nariz y desvío de tabique que requirió una cirugía. En el colegio alerté que algo estaba pasando con mi hijo por actos previos.
Les dije que no era normal, les pedí ayuda porque algo estaba pasando, pero mi hijo no quería hablar. Nunca me prestaron atención ni me dieron la ayuda. Por eso, ese 4 de mayo fui donde el rector y le dije que le advertí ‘y mire cómo está mi hijo ahora’. Fui al DECE (Departamento de Consejería Estudiantil) y les dije que les advertí que algo estaba pasando.
Les pregunté ¿ahora que van a hacer, a la próxima me van a entregar muerto a mi hijo?, ¿ahora sí me van a ayudar? Se quedaron callados. Les exigí que se activen protocolos de violencia y me dijeron ‘no podemos hacer nada si usted no hace la denuncia’.
Le tuvieron ahí dos horas a mi hijo con una lesión tan fuerte. Nunca llamaron una ambulancia ni al 911. Cuando puse la denuncia en la Fiscalía me enteré que debían llamar al 911 para pedir una ambulancia y también llamar al Dinapen porque ocurrió dentro del aula de clases».
Actuación de la madre
«Cuando salí, llame al 911 para llevar a mi hijo al hospital y me dijeron que debo ir a la Fiscalía a poner la denuncia en flagrancia. Salió un informe de incapacidad por el grado de la lesión. Vino la Dinapen por el agresor, pero no se pudo hacer nada porque eran las 21:00; en el colegio ya no había nadie y no sé la dirección del joven.
Denuncié en el Distrito Educativo y de ahí llamaron al colegio y preguntaron por qué no notificaron nada. Pensé que con eso me iban a ayudar, pero no. Le dieron medidas de protección a mi hijo para que el joven que le agredió no se pueda acercar a él, pero mi hijo se quedó en casa estudiando y él siguió yendo al colegio.
Primero le pedían tareas por correo. Él enviaba pero nunca tuvo retroalimentación. Me fui a quejar. ¿Cómo podía estudiar de esa manera? A mi hijo le quitaron todos sus derechos. Encima de que él es el que está golpeado debe quedarse en la casa solo, privarse de ir al colegio y socializar con sus compañeros y también debe educarse solo.
Fui a la Dirección Provincial de Educación y con eso le dieron una semana de clases virtuales antes de los exámenes quimestrales. Todo ha sido poniendo algo para que les presionen y hagan algo, nunca el colegio tomó la iniciativa ni nos llamaron a mediar.
Tuve que sacarle a mi hijo del colegio. No puede regresar porque no es solo un chico el que le agrede sino un grupo. ¿Cómo volver a donde no le ayudaron ni le dieron garantías? Mi hijo no quiere volver al colegio por nada del mundo»
Miedo y viacrucis
«He pasado buscando un colegio porque mi hijo va a tercero de bachillerato, pero ha sido un viacrucis. En más de uno me han dicho que sí hay cupo y de repente me decían que ya no. No sé qué persona está dando mala referencia de mi hijo
En el colegio hay un miedo y siempre quieren ocultar lo que está pasando. He perdido tiempo y energía en ir a pedir que me ayuden; y que el colegio respalde esa violencia me causa indignación. Es desgastante, soy mamá soltera y verle a mi hijo llorar es mi sufrimiento más grande.
A mí que me pase lo que sea, pero a mi hijo no. Lo pudieron matar, el médico dijo que un poco más y le reventaban el ojo o le hubieran dejado en coma. No es un simple empujón, incluso, cuando le llevaron a la enfermería, el agresor ha bajado a quererle pegar nuevamente.
A mi hijo le dijeron que no tiene que hablar. Esa es la consigna para todo el curso, por eso cuando pasa algo nadie habla. Ya les han puesto cero y dejado sin recreo a todos y nadie habla porque tienen miedo. Hay más víctimas y nadie se atreve, menos ahora, que saben que les va a pasar lo mismo que a mi hijo.
Cuando yo supe sobre los agresores de mi hijo hablé con el inspector y él fue al curso y nos expuso frente a todos a mí y a mi hijo. Estos chicos me llamaron a gritarme, a decirme que no me meta, que me ocupe de mi hijo y les deje a ellos en paz»
123 casos de acoso en primer trimestre de 2023
El Ministerio de Educación conoce el caso desde el 5 de mayo. Diana Castellanos, viceministra de Educación, asegura que en el Distrito Educativo se siguieron los procedimientos y a partir de la denuncia de la madre se evalúa si la institución educativa aplicó la normativa de manera correcta o si se cometió algún acto de negligencia u omisión.
No hay registro en el Distrito de reportes previos al hecho de violencia física, dice la funcionaria. En caso de que se trate de un proceso de acoso escolar, no se habría evidenciado de forma oportuna antes de llegar a la violencia física. Por lo tanto no se tomaron las medidas para garantizar protección y seguridad de los estudiantes, indica la viceministra.
Lo fundamental, sostiene. es que ambos estudiantes, la víctima y el agresor, continúen con su proceso educativo. Castellanos enfatiza en que ambos han finalizado su año lectivo y fueron promovidos. Además señala que el estudiante agresor estuvo suspendido durante un período del año lectivo que finalizó en el régimen Sierra-Amazonía.
Al detectar el caso dentro del plantel, la viceministra indica que se debe levantar la ficha de violencia. También hay que comunicarse con el ECU-911 para que se atienda la emergencia. «Los profesionales de los DECE tienen la obligación de levantar el informe del hecho de violencia, entregarlo al representante de la víctima y ponerlo en conocimiento de la autoridad distrital».
Además de las medidas de protección, el DECE debe emitir un plan de acompañamiento y seguimiento para el estudiante agresor y la víctima. «Los dos son estudiantes y requieren protección y garantía de su trayectoria educativa».
Castellanos señala que la violencia escolar se refiere a casos puntuales y esporádicos de distintas magnitudes. El acoso escolar, en cambio, es reiterativo. De estos últimos casos, en 2022 hubo 607 a escala nacional, detectados o cometidos en el sistema educativo. Y 123 casos se registran en el primer trimestre de 2023.
Para la publicación de este testimonio, Teleamazonas pidió la versión de la institución educativa, pero hasta las 12:00 de este miércoles 5 de julio no hubo respuesta.
Nueva denuncia de acoso escolar en colegio de Quito
— Teleamazonas (@teleamazonasec) February 1, 2023
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