El acompañamiento es muy importante cuando alguien está sufriendo. Quien ha perdido a un familiar por suicidio enfrenta una realidad dolorosa, compleja, en la que la culpa y los interrogantes los acompañan durante el duelo. Compartir experiencias con otros que han pasado por lo mismo, el apoyo emocional y la validación de sus sentimientos puede traer algo de alivio en medio del sufrimiento. Por otro lado, quien contempla la posibilidad de quitarse la vida necesita ser escuchado con urgencia. En un mundo que a veces olvida al otro, los grupos de apoyo y voluntarios se han convertido en piezas clave en la prevención del suicidio.