El bótox es una poderosa toxina que, cuando se usa de manera controlada y en dosis mínimas, tiene aplicaciones médicas y estéticas. Bloquea la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor clave en la comunicación entre los nervios y los músculos. Esto impide que los músculos se contraigan, lo que da como resultado un efecto relajante y suavizante.