Cada descubrimiento de mujeres científicas es un eco de generaciones anteriores que lucharon por el derecho a ser escuchadas. Entre ellas sobresale el nombre de Marie Curie. Derribando los prejuicios de su tiempo, ella exploró el misterioso mundo de la radiactividad. También Rosalind Franklin, cuya imagen de la doble hélice del ADN fue esencial para desentrañar los secretos de la vida.