Mirarse al espejo y ver que una parte del cuerpo ha sido mutilada debe ser uno de los momentos más impactantes para un ser humano. Esa es la realidad de millones de mujeres en el mundo. El cáncer de mama llega a cualquier edad, pasada la pubertad. Para quienes lo viven cada día, es un camino doloroso, retador y que deja huellas físicas y emocionales.