Pocos son los que se resisten a un buen ceviche. Es uno de esos platos que los ecuatorianos sienten muy suyo, pero que se puede degustar en distintas partes del mundo, especialmente en Latinoamérica. Es fresco, ligero, capaz de construirse a partir de los más variados sabores. Tiene infinidad de versiones, casi, casi una por cada cocinero y cada paladar.