«Me están intentando matar»: Víctima de abuso sexual denuncia amenazas y pide justicia

“La Policía encubre al agresor«. Con esta frase y acompaña de carteles junto a un grupo de personas, Jennifer, víctima de abuso sexual por parte de un uniformado, exigió justicia en los exteriores de la Comandancia General de la Policía Nacional.

La mujer fue abusada sexualmente por el compañero de su esposo en diciembre del 2022. Él colocó una sustancia en su bebida y luego abusó sexualmente de ella. Tras colocar la denuncia fue víctima de agresión por parte del hombre identificado como Edwin H.

Desesperada y conmocionada, Jennifer decidió realizar un plantón en los exteriores de la institución porque teme por su vida tras denunciar el atroz abuso. Ella recuerda que se encontraba sola y el hombre abusó de la confianza que le tenían para cometer el delito.

«Día a día me están intentando matar«, señala la mujer, quien consternada recuerda el día que el policía la agredió. Jennifer recordó que dejó a su hijo en la escuela y luego regresó a su domicilio cuando el agresor le interceptó en la motocicleta de la Policía y la agredió.

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«Me golpeó y me dice que eso me pasa por abrir la boca y luego procede a cortarme la cara«, narró la mujer con lágrimas en sus ojos.

Su defensa, el abogado Galo Quiñonez, recalca que tienen las pruebas suficientes para que se lo declare culpable y sea destituido de la Policía. Sin embargo, el caso no avanza y él continúa ejerciendo sus funciones.

El jurista también enfatiza que el hombre llevó a Jennifer inconsciente a un motel y él pagó con su tarjeta para luego abusar de ella.

Por su lado, Jennifer denuncia que su caso ha sido archivado en varias ocasiones. «Los compañeros policías dejan el procedimiento abandonado y no lo detienen. Sigue en libertad», añadió la mujer. Por ello, pide apoyo de las autoridades.

Además, recalca que desde la Policía le engañan con presuntos trasladados a otras ciudades del uniformado, pero constantemente le asignan funciones en la ciudad. Situación que le causa temor ante una posible nueva agresión.

«No puedo trabajar, no puedo salir. He hecho mi vida en cuatro paredes, encerrada», dice Jennifer, quien espera una pronta respuesta de la Comandancia General de la Policía y de la justicia ecuatoriana.

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