Museos, centros culturales, teatros, cines y salas de espectáculos fueron habilitados por el gobierno de Uruguay para recibir público. Éste es el primer país de América Latina que consigue hacerlo en todo su territorio en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
El protocolo se dio a conocer el viernes, y entre lunes y martes abrieron museos y centros culturales. Para los teatros, cines y otras salas, la medida ya entró en vigor pero será sobre el fin de semana cuando retomen sus actividades. Para la reapertura de estos espacios las autoridades exigieron un estricto protocolo que se flexibilizaría si la situación sanitaria lo permite.
Museos, centros culturales, teatros, cines y salas de espectáculos fueron habilitados por el gobierno de Uruguay para recibir público. Éste es el primer país de América Latina que consigue hacerlo en todo su territorio en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
El protocolo se dio a conocer el viernes, y entre lunes y martes abrieron museos y centros culturales. Para los teatros, cines y otras salas, la medida ya entró en vigor pero será sobre el fin de semana cuando retomen sus actividades. Para la reapertura de estos espacios las autoridades exigieron un estricto protocolo que se flexibilizaría si la situación sanitaria lo permite.
El protocolo no recomienda que a los museos ingresen personas mayores de 65 años, pero el presidente Luis Lacalle Pou ha hecho énfasis en “la libertad responsable” de la ciudadanía para cuidarse y cuidar a los demás. La responsabilidad que el gobierno pide a los uruguayos se sustenta en el trabajo del grupo científico que asesora al Poder Ejecutivo y que se repite como uno de los factores que al parecer permitieron controlar la epidemia en el país sudamericano que actualmente tiene solo cuatro personas en cuidados intensivos.
En lo que va de la pandemia, Uruguay ha registrado 1.291 contagios y 36 muertes.
Enrique Aguerre, director del MNAV, destaca el óleo “Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires”. La obra realista y simbolista del pintor Juan Manuel Blanes muestra a un bebé gateando en el piso en busca del pecho de su madre muerta y un padre fallecido en un camastro mientras dos doctores abren la puerta de una casa en San Telmo, Buenos Aires.
Las cifras varían pero la más admitida es que esa pandemia le costó el 7% de la población porteña, 14.000 personas en 1871. Un año después la enfermedad cruzó el Río de la Plata a Montevideo. Fue la causa de fallecimiento de casi 500 personas, el 0,45% de los habitantes de la capital por entonces.
El responsable del MNAV explica que “el óleo es un elogio a la ciencia, la modernidad, a iluminar lo que no conocemos o contra lo que tenemos que pelear, como ahora, curiosamente. Lo que nos salva y nos hace ir para adelante son los desarrollos científicos, pensar en conjunto, actuar responsablemente en sociedad”.