Uruguay figura como unos de los 43 países del mundo y el único de Sudamérica que le está ‘ganando’ al coronavirus.
La curva de contagios en Uruguay está aplanada y los contagios cada vez son menos y muchos salen de la enfermedad sin tener complicaciones. Según los datos oficiales Uruguay tiene 943 casos de COVID-19, 825 personas recuperadas y 28 muertes hasta el dos de julio.
Muchos podrán decir que es lógico que tengan números tan bajos si Uruguay es un país pequeño y con pocos habitantes, pero los expertos afirman que el control del coronavirus en ese país se debe además del dato demográfico a otros tres factores.
Rápida reacción. En Uruguay se detectaron los primeros cuatro casos el 13 marzo y ese mismo día el Gobierno decretó la suspensión de las clases en todo nivel, espectáculos públicos y cerró sus fronteras internacionales.
Además contaban con un plan desarrollado con anterioridad, según Yahoo, » En febrero se comenzó a trabajar en los primeros test para detectar el virus, algo que se logró “rápidamente, en calidad y cantidad suficiente”, de acuerdo con Henry Cohen, médico coordinador del grupo de científicos asesor del gobierno«.
Otro factor es la disciplina de la población que acató la sugerencia de aislamiento y de quedarse en casa sin ningún problema y de forma voluntaria. En otras partes del mundo el confinamiento fue obligatorio y hasta penado con multas, pero aún así toda la población no cumplió.
A pesar de esto, Uruguay no está libre de la crisis económica que causó la pandemia y se registran 200 000 trabajadores en «paro» y se proyecta una caída del PIB de un 3% para el año que viene.