A propósito del 20 de noviembre, cuando se conmemora el Día Mundial de los Niños y se cumplen 31 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alerta sobre las repercusiones de la pandemia a largo plazo en la vida de toda una generación de niños, niñas y adolescentes en el mundo.
“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha surgido el mito persistente de que los niños apenas resultan afectados por la enfermedad. Nada más lejos de la realidad”, afirma Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF. “Aunque los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la punta del iceberg. Las interrupciones en los servicios básicos y el aumento de la pobreza representan la mayor amenaza para los niños, niñas y adolescentes. Cuanto más tiempo persista la crisis, más profundas serán sus consecuencias sobre la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en peligro”.
En Ecuador, el panorama no es distinto:
• El cierre de las escuelas sigue afectando a 4.5 millones de niños, niñas y adolescentes.
• Según una encuesta en línea realizada por UNICEF a estudiantes de 10 a 19 años, el 61,2% considera que están aprendiendo menos desde el cierre de las escuelas.
• Antes de la pandemia, 1 de cada 4 niñas y niños menores de 5 años (23%) sufrían desnutrición crónica en Ecuador. La emergencia sanitaria puede agravar esta situación debido al impacto en la demanda y la oferta de servicios de salud y nutrición.
• Por falta de ingresos, los hogares en situación de extrema pobreza apenas pueden cubrir el 29% del costo de la canasta básica y 2.3 millones de personas podrían enfrentar inseguridad alimentaria.
• 150.000 hogares no tienen una instalación para el lavado de manos con agua y jabón y 350.000 disponen de lavamanos, pero no cuentan con agua o jabón.
• UNICEF estima que 3.1 millones de niños, niñas y adolescentes caerán en pobreza multidimensional al término de este año y sufrirán una o más privaciones en educación, salud, alimentación, vivienda, trabajo y seguridad social por los efectos de la pandemia.
• Antes de la emergencia, en Ecuador, el 65% de los casos de abuso sexual fueron cometidos por familiares o personas cercanas a las víctimas y 3 de cada 10 niños, niñas y adolescentes recibían golpes como medida disciplinaria en sus hogares. Esta situación pudo haberse agravado debido a que las tensiones durante el confinamiento pueden devenir en malos tratos contra las personas más vulnerables del hogar: los niños, niñas y adolescentes.
Para responder a esta crisis, UNICEF hace un llamado a los gobiernos, al sector privado, a las organizaciones sociales y a la sociedad en su conjunto para que tomen las siguientes medidas:
- Velar por que todos los niños y niñas puedan aprender, reducir la brecha digital y hacer lo posible para volver pronto a clases presenciales en condiciones óptimas de seguridad.
- Priorizar y preservar la continuidad de los servicios esenciales de salud y nutrición, incluyendo una vacunación oportuna y completa.
- Apoyar y proteger la salud mental de los niños, niñas y adolescentes y poner fin al abuso, la violencia basada en género y el abandono.
- Ampliar el acceso a agua potable, saneamiento e higiene, y luchar contra la degradación del medio ambiente y el cambio climático.
- Impedir el aumento de la pobreza infantil y promover una recuperación inclusiva. Para mitigar los efectos inmediatos, es necesario asegurar mecanismos de protección social sensibles a la niñez y adolescencia.
- Redoblar los esfuerzos dirigidos a proteger y apoyar a los niños y a las familias que viven en situaciones de conflicto, desastre y desplazamiento.
“En este Día Mundial de los Niños, pedimos a los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y al sector privado que escuchen a los niños y den prioridad a sus necesidades”, afirma Fore. “A medida que todos reimaginamos el futuro y nos preparamos para un mundo más allá de la pandemia, los niños deben estar siempre en primer lugar”.