Las uñas son una parte muy importante del cuerpo, al punto que pueden enfrentar cambios cuando hay una enfermedad o un embarazo. Las hormonas pueden hacer que crezcan más rápido y se vuelvan más fuertes. Pero algunas mujeres notan que las uñas se les parten o se rompen con más facilidad durante el periodo de gestación e incluso después.
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Por otro lado, hay aspectos emocionales que también pueden incidir en la salud de las uñas. Uno de los problemas más comunes es mordérselas; este es un hábito que afecta a alrededor del 30% de la población. Puede ser un signo de ansiedad, estrés o compulsión. Causa desgaste en los dientes, problemas en la mandíbula, infecciones y mal aliento.
Cualquier cambio en el color, aspecto y forma de las uñas amerita una visita al médico, para que sea el profesional quien determine cuál es el tratamiento más adecuado para cada caso.
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