Un terremoto de magnitud 5,3 sacudió este martes las prefecturas de Fukushima e Ibaraki, en la costa oriental de Japón.
Sin que se activara la alerta de tsunami ni se hayan registrado por el momento daños relacionados con el temblor.
El sismo se originó en el interior de Fukushima, a unos 90 kilómetros de profundidad, y cerca del límite de esta región con Ibaraki, al norte de Tokio.
El terremoto alcanzó en Ibaraki una intensidad de cinco inferior en la escala nipona, de un máximo de siete y centrada en medir la agitación en la superficie y las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor.
Las autoridades no han informado por ahora de ningún daño material ni de heridos provocados por el temblor, mientras que tampoco se han observado irregularidades en las centrales nucleares ubicadas en Fukushima, incluida la planta accidentada en 2011, según la compañía operadora Tokyo Electric Power.
La JMA advirtió del riesgo de que se produzcan seísmos similares en los próximos días, y destacó que el de hoy ha sido el terremoto de mayor intensidad en la zona que se vio sacudida por un temblor de magnitud 7,4 (nivel 6 superior en la escala nipona) del pasado 16 de marzo.
Ese fuerte terremoto dejó cuatro fallecidos y más de 200 heridos en Fukushima, además de daños en infraestructuras, comercios y viviendas e interrupciones en las conexiones ferroviarias y por carretera, y cortes energéticos que amenazaron al suministro eléctrico de gran parte del archipiélago -incluido Tokio- en las semanas posteriores.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que sus infraestructuras están especialmente diseñadas para soportar los temblores.