Ha sido parte de la dieta ancestral, muchos lo llaman la golosina de la prehistoria y habría sido clave para el desarrollo humano.
Llegó a la gastronomía contemporánea por su alta concentración de sabor, versatilidad y por los beneficios nutricionales que se le atribuyen.
Esta sustancia gelatinosa que se encuentra en el hueso de algunos animales se prepara asada, al horno o al fuego.
Visto con recelo por algunos y muy apetecido por otros, hablamos del tuétano.