En Miami, durante el Super Bowl LIV, el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, se convirtió en el primer presidente en ejercicio en comprar espacio publicitario para su campaña proselitista en una final de la liga de fútbol americano (NFL).
Según datos de empresas especializadas, se calcula que su campaña fue vista por cerca de 100 millones de personas. Su anuncio de 30 segundos de duración le habría costado unos 10 millones de dólares.
Sin embargo, Trump estuvo ausente, aunque estaba en su mansión en la vecina ciudad floridana de West Palm Beach, quizás para evitar la posibilidad de ser abucheado tal y como sucedió en el quinto partido de la final de la liga de béisbol en octubre pasado.
El exalcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, precandidato por el Partido Demócrata, fue el otro político que aprovechó para presentarse ante la millonaria audiencia del encuentro deportivo con un carísimo anuncio.
This is a story that needs to be told.
— Mike Bloomberg (@MikeBloomberg) January 30, 2020
This is a crisis that needs to end.
This is why I'm running for president. https://t.co/hlz2jPRFcd pic.twitter.com/Q1umOiNOSR