El presidente Donald Trump salió el lunes del hospital militar en el que recibió un nivel de atención médica sin precedentes para COVID-19, desatando inmediatamente una nueva controversia al declarar que, a pesar de que él enfermó, la nación no debe temer al virus que ha provocado la muerte de más de 210.000 estadounidenses.
Con mascarilla y caminando con cautela, Trump dejó el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en una camioneta que lo llevó al helicóptero Marine One para el corto vuelo de vuelta a la Casa Blanca.
El doctor del mandatario, el comandante de la Armada Sean Conley, dijo que Trump no estará completamente “fuera de peligro” durante una semana más, pero que el presidente había cumplido o superado los estándares para recibir el alta del hospital. Se prevé que Trump continúe su recuperación en la Casa Blanca, donde aún no se determina el alcance completo del brote que ha infectado a personal en los más altos niveles del gobierno estadounidense.
Aun así, el presidente, que sigue siendo capaz de contagiar a otros, tuiteó antes de salir del hospital que no se mantendrá fuera de acción por mucho tiempo: “Volveré a la campaña pronto”.
Previamente Trump quiso proyectar una imagen de confianza.
“Saldré del estupendo Centro Médico Walter Reed hoy a las 6:30 p.m. ¡Me siento muy bien! No le tengan miedo al COVID. No permitan que domine su vida… ¡Me siento mejor de lo que me sentía hace 20 años!”, tuiteó.
Sin embargo, ese mensaje alarmó a los expertos en enfermedades infecciosas y dejó entrever que el hecho de que el presidente se haya enfermado no lo hizo reconsiderar su actitud frecuentemente displicente hacia este mal, del que también se han contagiado la primera dama y varios asesores de la Casa Blanca, incluyendo nuevos casos dados a conocer el lunes.
“Tenemos que ser realistas en esto: el COVID es una completa amenaza para la población estadounidense”, dijo el doctor David Nace, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
“La mayoría de la gente no es tan afortunada como el presidente”, que cuenta con una unidad médica en casa y acceso a tratamientos experimentales, agregó Nace.
“Es un mensaje inadmisible”, coincidió el doctor Sadiya Khan, de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste. “Me atrevería a decir que podría precipitar o agravar los contagios”.
En el ámbito político también hubo oposición a la actitud de Trump hacia el virus.
El senador republicano John Cornyn le dijo a la junta editorial del diario Houston Chronicle que el mandatario había “bajado la guardia” en su intento por mostrar que el país estaba dejando atrás al virus, y había generado “confusión” sobre cómo mantenerse a salvo.