El presidente estadounidense, Donald Trump, presentará por fin este martes su plan de paz para Oriente Medio, un anuncio guiado por cálculos electorales en Israel y en EE.UU. y abocado a chocar con el rechazo frontal de los palestinos, opuestos al papel de Washington como mediador.
Más de dos años después de que sus asesores empezaran a redactarlo, Trump desvelará este martes lo que ha bautizado como el «acuerdo del siglo», y lo hará sin ninguna pretensión de imparcialidad: al lado del primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu.
«Mañana a las 12:00 (17:00 GMT), anunciaremos el plan, y es un plan muy grande, será una sugerencia para Israel y los palestinos», dijo Trump al recibir en el Despacho Oval a Netanyahu.
La fecha elegida para presentar el plan -cinco semanas antes de las elecciones israelíes y nueve meses antes de las estadounidenses- y el formato previsto para el anuncio, con Netanyahu junto a Trump, dejan entrever las razones electorales que han llevado a la Casa Blanca a revelar ahora su proyecto, tras años de aplazarlo.
LOS PALESTINOS «NEGOCIARÁN», DICE TRUMP
Trump puso hoy al día del plan a Netanyahu y a su principal rival en las elecciones israelíes del 2 de marzo, el líder centrista Beny Gantz, que se reunieron con él por separado en el Despacho Oval.
«El acuerdo del siglo es la oportunidad del siglo, y no la vamos a dejar pasar», proclamó un sonriente Netanyahu al comienzo de su encuentro con Trump, al que definió como «el mejor amigo que ha tenido Israel en la Casa Blanca».
El liderazgo palestino no tiene contacto con EE.UU. desde que Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel en 2017, y según medios locales, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, rechazó hoy una llamada telefónica del presidente estadounidense para abordar el contenido del plan.
Abás advirtió la semana pasada a Israel y Estados Unidos de «que no crucen líneas rojas», y adelantó que, si el plan le resulta inaceptable, anunciará varios «pasos para salvaguardar» sus «derechos legítimos».
Sin embargo, Trump confió hoy en que, una vez superado su rechazo inicial, los palestinos «apoyen» su iniciativa, y pronosticó que «acabarán negociando» con él.
«Probablemente no lo querrán al principio, (pero) creo que al final lo querrán. Es muy bueno para ellos. De hecho, es demasiado bueno», opinó Trump.
UN NUEVO MAPA DE ISRAEL
Aunque la Casa Blanca no ha confirmado por ahora ningún detalle del plan, uno de sus artífices, el yerno de Trump y asesor presidencial Jared Kushner, adelantó hace un año que el proyecto contendría propuestas sobre los temas más espinosos en el conflicto, incluido «el establecimiento de fronteras».
Según fuentes oficiales de Israel citadas por medios de ese país, el plan buscará aplicar la soberanía israelí a todos sus asentamientos en Cisjordania, y anexionar el Valle del Jordán.
Esa zona fronteriza con Jordania constituye alrededor del 30 % del territorio de Cisjordania, y su anexión es una de las promesas electorales de Netanyahu, una idea que la ONU ha calificado de «devastadora» para la paz y contraria a la ley internacional.
Según el diario israelí The Jerusalem Post, la Casa Blanca ha diseñado un mapa con las nuevas fronteras de Israel y se espera que Trump se lo muestre a Netanyahu y Gantz, aunque no está claro si lo hará público en la ceremonia de este martes.
Un punto clave en la estrategia de Kushner es reclutar a países árabes de la región para que convenzan a los palestinos de acercarse a la mesa negociadora, y después de meses de contactos, la Casa Blanca ya ha compartido detalles del plan con «aliados importantes» en la zona, dijo a Efe una fuente oficial estadounidense.
«Muchos de los países árabes ya están de acuerdo» con el plan, aseguró hoy Trump. «Les gusta, les parece muy bien, les parece un gran comienzo».
CÁLCULOS ELECTORALES
Kushner y el embajador estadounidense en Israel, David Friedman -que elaboraron el plan junto al ya exenviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, Jason Greenblatt-, hicieron un primer amago de presentarlo hace dos años, pero acabaron aplazándolo una y otra vez.
El equipo aseguró que quería esperar a contar con un Gobierno estable en Israel, pero mientras crecía la inestabilidad política en ese país, Trump siguió haciendo regalos políticos a Netanyahu, como su reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán.
Muchos analistas creen, por tanto, que el plan no busca desatar una negociación seria entre Israel y los palestinos, sino reforzar a la derecha en Israel en un momento difícil para Netanyahu, al tiempo que Trump queda bien con su base de votantes cristianos evangélicos blancos, claves en las elecciones de noviembre en EE.UU.
«El plan es todo lo que esperábamos, todo», dijo hoy un líder evangélico cercano a Trump, Mike Evans, al «Jerusalem Post».
«Dios acaba de besar a Israel. Y no digo que Trump sea Dios, pero tiene inspiración divina», subrayó. EFE