Líderes indígenas de Suramérica imploraron el lunes que se les proteja ante la COVID-19, alertando de que el virus supone una «amenaza existencial» para sus comunidades.
Mientras buena parte de la humanidad vive confinada en casa para tratar de frenar la pandemia, varias tribus de regiones del Amazonía y de Chaco (Argentina) reclamaron a sus gobiernos que protejan sus territorios contra los foráneos susceptibles de ser portadores del coronavirus.
«Los indígenas que viven en un aislamiento voluntario son especialmente vulnerables a las enfermedades infecciosas puesto que no tienen ninguna inmunidad frente a la mayoría de estos males», dijo Claudette Labonte, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
«Llamamos a los gobiernos a intensificar la vigilancia y la protección de los territorios indígenas, muchos de los cuales están invadidos por mineros, traficantes de drogas, taladores, invasores de tierras y turistas», afirmó a la AFP Labonte, miembro de la comunidad Kamuyeneh de la Guayana francesa.
Labonte dijo que los mineros ilegales estaban tratando de sacar provecho de la pandemia para expandir su actividad en la Guayana francesa y que los líderes de la comunidad habían decidido bloquear el río Maroni para protegerse.
Las comunidades indígenas son guardianes cruciales de la biodiversidad, un papel reconocido por el IPCC, grupo de expertos de la ONU sobre cambio climático. Protegen un área forestal que contiene una estimación de más de 200.000 millones de toneladas de carbono.
La tasa de deforestación en las tierras indígenas es menos de la mitad que en otras, pero estas comunidades están igualmente amenazadas por las actividades ilegales y grandes proyectos agrícolas promovidos por gobiernos.
La COICA, que reúne a 20 organizaciones indígenas de siete países suramericanos, instó a los gobiernos a cerciorarse de que su «aislamiento geográfico» es respetado.
Si no se respetan estos límites, la COVID-19 podría suponerles «una amenaza existencial», indicó la Coordinadora.
Un potencial efecto devastador
Los pueblos indígenas han convivido con la amenaza de las enfermedades infecciosas durante siglos y se estima que la población de Suramérica decreció una cuarta parte entre 1492 y 1650 debido a los virus y bacterias que trajeron consigo los colonizadores.
Michael McGarrell, de la Nación Patamona de Guayana y coordinador de derechos humanos de la COICA, dijo a la AFP que estas comunidades no cuentan con ninguna defensa contra estas nuevas enfermedades.
«Corremos el riesgo de vernos impactados, sobre todo porque muchas de nuestras comunidades no tienen los medios necesarios para hacer frente a un brote», dijo.
«Puesto que son pequeñas y viven en comunidad, el coronavirus es un peligro para ellas», agregó.
Hay varias maneras de que el virus alcance comunidades aisladas, por ejemplo mediante un grupo de evangelistas que actualmente está tratando de convertir a las tribus amazónicas, según McGarrell.
Las autoridades locales en Brasil indicaron el viernes que 10 miembros del grupo étnico Tikuna estaban en cuarentena tras haber estado en contacto con un trabajador sanitario que luego dio positivo al test de la COVID-19.
«Con el ingreso de una sola persona infectada, el impacto puede ser devastador», dijo McGarrell. «Sabemos que cuando llegaron los colonizadores, nuestra gente quedó diezmada debido a enfermedades como la gripe y la varicela».
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