China anunció en febrero de 2022 el confinamiento total de la ciudad de Changchun, en el noreste del país, debido al aumento de casos de coronavirus. El gigante asiático fue el país que más sufrió en 2022 el combate de la pandemia.
El caso de Changchun fue histórico. La localidad registró una trepada de casos y las autoridades dictaminaron el confinamiento de toda la población (nueve millones de personas). A ellos se les someterá a tres rondas de pruebas de ácido nucleico para trazar los casos y frenar la curva.
Todos fueron recluidos, con «excepción de supermercados, farmacias e instituciones médicas, todas las tiendas cerrarán, así como las escuelas y el transporte público».
Se permitió a una persona por familia salir de sus viviendas cada dos días para comprar necesidades básicas, y el confinamiento se mantendrá activo hasta nueva orden.
El impacto de febrero
Entre las zonas afectadas se encuentra la metrópolis oriental china de Shanghái, que decretó el cierre de las escuelas de primaria y secundaria.
La Comisión Nacional de Sanidad de China no relajó las estrictas medidas contra la covid-19, que mantienen a su país desde hace ya dos años prácticamente cerrado al mundo. Sin embargo, desde inicios de 2023 la política del gigante asiático cambiará y habrá más apertura.