Tokio teme que la Olimpiada pueda propagar el virus

La presión de organizar los Juegos Olímpicos durante una pandemia aún activa está comenzando a reflejarse en Japón.

La Olimpiada comenzará el 23 de julio con los organizadores dispuestos a seguir adelante incluso con un número reducido de espectadores o sin ninguno.

Aunque Japón ha logrado grandes avances en la vacunación contra el COVID-19, las vacunas están comenzando a escasear.

Se suman los problemas

Con decenas de miles de visitantes que llegarán a un país donde solo el 13,8% de la población está completamente vacunada, han aparecido problemas en los controles de aduana y el descubrimiento de infecciones en el equipo de Uganda, que dieron positivos a la altamente contagiosa variante delta.

Hay temores en Tokio de que la Olimpiada pueda propagar el virus.

“Tenemos que estar el alerta máxima”, dijo el primer ministro Yoshihide Suga a los reporteros el 1 de julio, donde expresó la posibilidad de que no se permitan espectadores.

Los organizadores, el Comité Olímpico y otros se reunirán esta semana para anunciar nuevas restricciones debido a la cambiante situación relacionada con el virus.

En medio de las críticas, Suga fue al aeropuerto internacional Haneda de Tokio el 28 de junio para inspeccionar las pruebas a los que llegaban y prometió asegurar un control de fronteras apropiado.

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El lunes, Tokio confirmó 342 nuevos casos. La cifra del sábado de 716 casos fue la mayor en cinco semanas.

En una reunión de asesores del gobierno, los expertos advirtieron de la posibilidad de que las infecciones se disparen durante los juegos, proyectando hasta más de 1.000 casos diarios y una fuerte presión sobre los sistemas de atención de la salud.

En el peor de los casos, habría miles de infecciones diarias y un exceso de pacientes en los hospitales.