Aprovechar la tecnología actual para combatir la pandemia de coronavirus está resultando ser más complicado de lo que parecía.
Los primeros estados de EEUU que lanzaron aplicaciones de teléfono para rastrear a pacientes contagiados están lidiando con fallas técnicas y una falta de interés
Sin embargo, hay una segunda oleada de herramientas de vigilancia que en esta ocasión cuentan con la aprobación de los gigantes tecnológicos Apple y Google.
Pero, enfrentan sus propios problemas, como fallas de precisión y no compartir información con los gobiernos para rastrear la propagación de la enfermedad.
El rastreo de contactos es una parte fundamental para el control de infecciones.
Generalmente es realizado por trabajadores de salud pública capacitados que entrevistan a aquellos que podrían haber estado expuestos.
Se estima que para ello se necesitarán en Estados Unidos unos 300.000 trabajadores , pero hasta ahora esas labores han sido deficientes.
Tecnología para rastrear con herramientas de bases de datos
Otras compañías de tecnología como Salesforce han ofrecido herramientas de bases de datos para asistir las labores para rastrear manual, aunque también plantean inquietudes por la necesidad de recopilar y almacenar información detallada sobre las conexiones sociales de la gente, su estado de salud y su paradero.
Defensores de la privacidad advierten sobre el peligro de crear nuevas herramientas de rastrear y vigilar, pues podrían caer en manos de gobiernos inescrupulosos.
Mire también
¿Qué requisito deberán cumplir las personas que intenten viajar a Ecuador?->https://t.co/5MhE3gHHcD pic.twitter.com/8B4CCHA1D8
— Teleamazonas (@teleamazonasec) May 18, 2020
En un documento político que fue compartido con The Associated Press, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) advirtió a los gobiernos estatales que sigan con cuidado y establezcan procedimientos de privacidad más estrictos antes de desplegar tecnología dirigida a detectar y frenar nuevos brotes de coronavirus.
Incluso las herramientas más invasivas de privacidad, como aquellas de Apple y Google, requieren limitaciones para que no se conviertan en tecnología de vigilancia u opresión. “Los riesgos de equivocarse son enormes”, dijo Neema Singh Guliani, principal asesora legislativa de la ACLU.
AP