Por Redacción Transmedia Digital |
En la actualidad las actividades extracurriculares son más frecuentes en niños desde edades tempranas. Los expertos aseguran que estas ayudan a los menores a desarrollar sus capacidades de forma integral.
El sistema escolar ya da a los padres la opción de inscribir a sus hijos en actividades extras como clubes de danza, fútbol, artes, tecnología, entre otros. Para complementar estas tareas, Joselyn Arévalo, psicóloga infantil de Demania Center, sostiene que es recomendable inscribirlos en al menos una actividad fuera de la escuela a la semana.
Un extracurricular, dice la experta, ayudará a que los niños puedan desfogar su energía, compartir con otros niños de su edad y mejorar sus habilidades y destrezas. “Como solo van una hora a la semana, no hay riesgo de que se aburran o se sobrecarguen de tareas”, precisa.
Pero ¿cuál es el momento clave para empezar con las tareas extracurriculares? Actualmente estas actividades se inician cuando los niños son muy pequeños, con estimulación temprana, de la mano de profesionales. Arévalo menciona que el número de cursos que se elijan dependerá de las motivaciones de cada niño y de los intereses que muestre.
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La importancia de tomar esta clase de cursos radica en que los pequeños reciban asesoría especializada en temas específicos y de ese modo desarrollen estabilidad, creen rutinas y canalicen mejor su energía en actividades al aire libre y sin dispositivos electrónicos.
Para evitar que los niños se sobresaturen de actividades, la especialista recomienda tener de dos a tres tareas extracurriculares a la semana. Estas pueden estar distribuidas dos al aire libre y una en casa. Por ejemplo fútbol y danza, acompañadas de otra actividad de neurodesarrollo.
Inscribirlos en actividades extracurriculares es más importante para los niños en edad escolar, sostiene. Allí, ellos han elaborado una rutina, tienen hábitos establecidos y “pueden llegar a cansarse”, por lo que es importante que tengan otro tipo de distracciones.
Estas actividades pueden desarrollar la confianza del niño en sí mismo. Pueden ayudarlo a mejorar sus habilidades sociales, desarrollar sus intereses y animarlo a intentar cosas nuevas. También son una buena manera para que los niños que tienen dificultades en la escuela aprendan en un ambiente divertido y sin presión.
Arévalo añade que no existe un límite de actividades para cada niño, sino que varían en función de su rendimiento. Además, inciden otros factores como el tiempo de los padres o de la persona encargada del cuidado del menor y la economía familiar.
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