El Sol liberó su llamarada más fuerte en dirección a la Tierra desde 2017. En 48 horas se registró este fenómeno por dos ocasiones, el martes 1 y este jueves 3 de octubre del 2024, y podría tener un impacto importante en las comunicaciones y tecnología satelital.
El Observatorio Astronómico de Quito informó que el 1 de octubre de 2024 ocurrió una poderosa llamarada solar con un categoría X7.1. Esta clasificación de X se asigna a este tipo de fenómenos más intensos dentro de la escala de actividad solar. Asismimso, en este evento y pueden liberar enormes cantidades de energía.
La llamarada solar «es un fenómeno que ocurre cuando el Sol emite una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética que interactúa con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de la Tierra«, señala National Geographic.
Por ello, este evento resulta de gran interés por su influencia en el espacio cercano a la Tierra. Además de su posible impacto en áreas como las comunicaciones y la tecnología satelital, recuerda el Observatorio Astronómico.
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Además, según el Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos (Noaa Swpc) este jueves se produjo una segunda llamarada solar de clase X9.0. Esta sería la fulguración más potente del actual ciclo solar que empezó en diciembre de 2019 y alcanzará su máximo entre 2024 y 2025.
El portal de Space Weather detalló que «la radiación de la llamarada ionizó la parte superior de la atmósfera de la Tierra y causó un profundo apagón de onda corta sobre África y el Atlántico Sur«. Es decir, que en estas áreas se «pudo haber notado la pérdida de señal en frecuencias inferior a 30 MHz durante media hora después de las 12:18 UTC».
Durante los máximos solares, como el que actualmente experimentamos, crecen las posibilidades que ocurran grandes llamaradas solares, lo cual libera energía en forma de luz que provocan las auroras boreales. En esta ocasión es probable que se puedan observar en zonas de Estados Unidos, como Illinois y Oregón.
La Nasa recalca que los fenómenos solares influyen en la atmósfera superior de la Tierra. Situación que es importante para comprender el impacto de las condiciones meteorológicas; del espacio en los satélites, las misiones tripuladas y la infraestructura terrestre y espacial.
Hasta el 2024, las mediciones directas de estos fenómenos son limitadas, pero la Nasa afirma que con las misiones futuras como la Constelación de Dinámica Geoespacial y el Acoplamiento Dinámico Neutro Atmósfera-Ionosfera se podrán obtener datos precisos de cómo responde la atmósfera de la Tierra a los flujos de energía que ocurren durante tormentas solares. Pero las información más valiosa saldrá cuándo se envíen astronautas a la Luna con las misiones Artemis y a Marte, agrega la agencia en su página web.
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