Italia registró este viernes una disminución de la tasa de contagios de coronavirus, que se situó en el 4%, pese a que el número de muertes aumentó en 766, lo que eleva el total de fallecidos a 14.681.
Los datos divulgados por la Protección Civil reforzaron las esperanzas de que Italia ha superado el pico después de haber sido el epicentro de la pandemia COVID-19 el mes pasado.
El número de pacientes que han sido declarados totalmente recuperados se disparó un 17,3%, con 19.758 casos registrados.
La crisis en algunas de las regiones más afectadas de Italia también parece estar remitiendo gradualmente.
La región de Lombardía, al norte, en la que se han registrado más de la mitad de las muertes oficiales, tuvo un ligero aumento del número de pacientes que han sido internados en cuidados intensivos.
«Los números están mejorando», reconoció el asesor a la Salud de Lombardía, Giulio Gallera.
«Nuestros hospitales están comenzando a respirar», aseguró a la prensa.
Sin embargo, el virus ha puesto al borde del colapso el sistema sanitario y propiciado un duro golpe a la economía.
La tercera economía de la Unión Europea, que exige un plan continental excepcional para reactivarse, espera paliar así los efectos del coronavirus en la economía.
Se calcula que la interrupción repentina del turismo, una de las principales fuentes de ingresos, causará una pérdida del 45% de los ingresos anuales de hoteles y restaurantes.
Italia, el primer país de Europa que ordenó el 12 de marzo el cierre total de la actividad económica, con excepción de farmacias y supermercados, tuvo que extender el estricto confinamiento hasta el 13 de abril.
Las autoridades italianas han advertido que el país comenzará a funcionar gradualmente y que franjas de la población deberán permanecer más semanas confinadas.
La confederación de industriales, Confindustria, calcula que la producción del país se reducirá el 6% si la pandemia sigue azotando en mayo.
Cada semana de parálisis representa una reducción del 0,75% del Producto Interno Bruto, según la entidad.
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