Una segunda ola de coronavirus podría provocar este invierno en el Reino Unido unas 120.000 nuevas muertes, advierten asesores médicos del Gobierno británico.
El documento elaborado por la Academia de Ciencias Médicas, encargado por el asesor científico jefe, Patrick Vallance, advierte que un hipotético segundo brote de infecciones de coronavirus en este país podría ser más serio que el primero.
El informe apunta a que una segunda ola del virus podría matar a 120.000 personas entre septiembre 2020 y junio 2021.
El informe considera que es necesario adoptar medidas ahora para mitigar el potencial de un segundo rebrote.
El documento, en el que participaron 37 científicos y académicos, admite que existe un alto grado de incertidumbre sobre cómo evolucionará la pandemia.
No obstante, establece que «el peor escenario razonable» podría ver cómo la tasa de reproducción del coronavirus «R» aumenta al 1,7 a partir de septiembre.
Los expertos sugieren que podría darse un repunte en las admisiones y muertes hospitalarias en enero y febrero de 2021. Esos datos no incluyen los decesos producidos en la comunidad o en residencias de ancianos.
Las cifras tampoco tienen en cuenta la intervención del Gobierno a fin de reducir la tasa de reproducción ni el uso del fármaco dexametasona.
«Esto no es una predicción sino una posibilidad», alertó el experto Stephen Holgate, del Consejo de Investigación Médica.
Posibilidad de más muertes en invierno
Agregó que el modelo «sugiere que las muertes podrían ser más elevadas en una nueva ola de COVID-19 este invierno. Aunque el riesgo de que esto ocurra podría reducirse si adoptamos medidas de manera inmediata».
«Con un número relativamente bajo de muertes, tenemos una ventana de oportunidad crucial que nos ayuda a prepararnos para lo peor que nos pueda deparar el invierno», dijo.
Entre las medidas que pueden adoptarse, este experto incluyó la vacuna de la gripe para los más vulnerables y los trabajadores sociales y sanitarios.
También instó a que haya «un sistema rápido de supervisión» en el país para frenar brotes locales cuando éstos se identifiquen.
Por su parte, Azra Ghani, presidenta de la unidad de enfermedades infecciosas epidemiológicas en el Imperial College de Londres, apuntó que son muchos los factores que pueden impulsar la tasa «R» al 1,7.
«Estamos valorando qué sería lo peor que podría ocurrir, como si hubiera más contactos… Los colegios podrían ser un factor, el regreso de la gente al trabajo….Ese tipo de cosas», señaló.
La experta observó que el virus se propaga fácilmente en espacios cerrados y «por supuesto, en invierno pasamos más tiempo en espacios cerrados que en verano. Es menos probable que mantengamos abiertas las ventas, lo cual impulsa la transmisión».
«También es posible que el virus pueda sobrevivir más tiempo en condiciones más frías», agregó.
Un portavoz del Ejecutivo británico dijo que el modelo empleado en este informe «representa el peor escenario basándose en que no haya ningún tipo de acción por parte del Gobierno y deja claro que no se trata de una predicción».