El presidente Sebastián Piñera anunció el martes la extensión por dos meses, hasta noviembre, de las ayudas sociales a unos siete millones de hogares de Chile en la víspera del inicio de un debate parlamentario sobre el cuarto retiro masivo de los fondos de pensiones que el mandatario intenta frenar. Piñera también notificó un subsidio laboral para incentivar a los desempleados a buscar trabajos formales.
El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que reciben unos 15 de los 19 millones de chilenos, contemplaba el pago de junio a agosto de 467.000 pesos (unos 590 dólares) para un hogar de cuatro personas y de un equivalente a 225 dólares para los hogares unipersonales. Ahora se pagará también en octubre y noviembre y, como se cancela a fin de mes, los favorecidos recibirán el último ingreso en diciembre, dijo Piñera.
El mandatario no precisó si en septiembre se pagará sólo la mitad del subsidio, como está estipulado.
“Sin duda, tanto la situación sanitaria como la situación de la economía de nuestro país están mejorando y muy significativamente… pero estamos plenamente conscientes que a pesar de estas mejoras la pandemia sanitaria y la recesión de la economía mundial siguen generando carencias, problemas, dificultades, necesidades para las familias chilenas”, declaró Piñera.
La extensión del subsidio fue impulsada por la coalición oficialista para que los chilenos sigan percibiendo ingresos asegurados hasta fines de año y para impedir el intento de la oposición de centroizquierda de aprobar un cuarto giro del 10% de los fondos de pensiones, a los que los chilenos más empobrecidos han echado mano para ayudarse en tiempos de pandemia.
La izquierda, por su parte, busca vaciar las cuentas de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y sustituirlas por otras entidades en caso de ganar las elecciones presidenciales de noviembre próximo, cuando también se renovará el Congreso.
El diputado Jaime Mulet, del izquierdista Partido Regionalista Verde, dijo que “queremos seguir con el cuarto retiro porque queremos cambiar el sistema previsional chileno…hay que extinguir las AFP”.
La centroizquierda, que también quiere reemplazar a las AFP de llegar al poder, aunque es mayoría en el Congreso, necesita votos oficialistas para aprobar el proyecto de retiro.
Los tres giros anteriores de pensiones dejaron a 2,1 millones de cotizantes sin fondos en sus cuentas y un cuarto agregaría dos millones más de personas con cuentas vacías, según estimaciones de la Superintendencia de Pensiones. Las AFP vieron disminuir en 50.000 millones de dólares los 200.000 millones de la moneda estadounidense que administraban antes de la pandemia.
Piñera también recordó que la crisis económica dejó dos millones de desempleados y que a la fecha se han recuperado la mitad de los empleos, por lo que anunció un subsidio mensual del 60% del sueldo a las mujeres que encuentren un trabajo formal y de 50% a los hombres. Ambos con topes de unos 317 dólares para las mujeres y 253 dólares para los hombres. La ayuda desaparecería a fines de diciembre.
El costo fiscal del IFE por octubre y noviembre más el subsidio laboral bordea los 7.000 millones de dólares, dijo el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda. Agregó que se financiarán por la vía del crecimiento económico y con fondos del presupuesto.
Tanto el IFE como el subsidio laboral fueron empujados fuertemente por la coalición oficialista, que teme obtener un nuevo revés electoral en los comicios presidenciales y parlamentarios de fines de año, como el que sufrió en las elecciones de los miembros de la convención que escribirá una nueva Constitución y en la de gobernadores, donde eligieron a sólo 37 de los 155 constituyentes y a uno de 16 gobernadores. La oposición tuvo mejores resultados.
Empero, ambos sectores tradicionales recibieron un voto de castigo a mano de los chilenos, que prefirieron elegir a candidatos independientes, la mayoría de izquierda y centroizquierda.