Sean Penn está cansado de hacer películas.
Todavía hace algunas, pero principalmente cumple compromisos que asumió hace años. Después de eso, no está seguro cuánto más actuará o dirigirá.
Penn, el actor — y a veces cineasta — inconformista de 61 años está felizmente fuera de sintonía de muchas de las corrientes dominantes en Hollywood. ¿Streaming de películas? ¿Franquicias cinematográficas? ¿La llamada “cultura de la cancelación”? Todas estas cosas le generan ira a varios grados mientras dedica más tiempo a los esfuerzos de socorro en Haití y a vacunar a la gente contra el COVID que a las películas.
Eso hace que “Flag Day”, una nueva cinta que dirigió y coprotagoniza, sea una rareza para un actor que alguna vez fue voraz y que en la última década ha estelarizado sólo unas pocas películas, incluyendo “The Professor and the Madman” (“Entre la razón y la locura”) y “Gangster Squad” (“Fuerza antigángster”). En el drama de padre e hija que MGM estrena el viernes en cines comerciales, Penn interpreta al padre ausente y a veces encarcelado de Jennifer, interpretada por su hija en la vida real, Dylan Penn.
“Actualmente me siento increíblemente afortunado de tener una película que será una película, que tendrá un estreno cinematográfico”, dijo Penn en una entrevista el mes pasado. “Como espectador puedo estar muy interesado en algunas de las cosas que sólo se transmiten por streaming… Pero como director, siempre lo he dicho: no es la chica de la que me enamoré”.
Y Penn suena cada vez más como alguien para quien el romance del cine se ha desvanecido. Echa de menos las películas de Hollywood que no son “simplemente películas estrambóticas tipo Cirque du Soleil”, dijo. Sobre las cintas de Marvel, lamenta “cuánto espacio y tiempo han ocupado en las carreras de tanta gente talentosa”. Argumentando que hoy no se le permitiría interpretar al ícono gay Harvey Milk (“Milk” de 2008), Penn dijo recientemente que pronto sólo los príncipes daneses podrán hacer el papel de Hamlet.
Y su en general respetada carrera como director — que incluye “The Crossing Guard” (“Vidas cruzadas”) de 1995 y “The Pledge” (“Asesino oculto”) de 2001, ambas con Jack Nicholson; e “Into the Wild” (“Camino salvaje”) de 2007 — ha sido más inestable en los últimos tiempos. Su último film, “The Last Face” (“Diré tu nombre”) de 2016, con Charlize Theron, fue abucheado cuando se estrenó en el Festival de Cine de Cannes. Sin embargo, Penn regresó el mes pasado a Cannes para estrenar “Flag Day”.
“He tenido extremos tan opuestos que es como, lo que sea”, dijo Penn. “La cuestión es que estoy seguro de que sé tanto o más de actuación que casi cualquiera de estos críticos. Y tengo mucha confianza en la interpretación que más me preocupa”, agregó señalando a Dylan, quien estaba sentada al otro lado de un bar de hotel vacío frente a la Croisette de Cannes.
Dylan, de 30 años, es la estrella de “Flag Day”. Había incursionado antes en la actuación, pero este es sin duda su papel más importante hasta la fecha. En la película, adaptada del libro de memorias de 2005 de Jennifer Vogel “Flim-Flam Man: The True Story of My Father’s Counterfeit Life”, interpreta a una aspirante a periodista con un padre que rara vez es veraz.
La confianza de Penn no está fuera de lugar. En “Flag Day”, Dylan es natural, serena y cautivadora. Parece toda una veterana, algo que podría esperarse de la hija de Penn y Robin Wright. Y los críticos esta vez han sido bastante halagadores. Variety dijo que la película “revela que Dylan Penn es una gran actriz”.
Justo cuando Penn se está retirando del cine, su hija está dando un paso adelante, aun cuando no había buscado ser el centro de atención.
“Mientras crecía, estar rodeada de actores y estar en un set era algo que realmente no me interesaba en absoluto”, dijo Dylan. “Siempre pensé, y sigo pensando, que mi pasión radica en trabajar detrás de la cámara. Pero tan pronto como expresé mi deseo de hacer ese tipo de cosas, mis padres me dijeron por separado: ‘No serás una buena directora si no sabes lo que es estar en los zapatos de un actor’”.
Dylan reconoce que su papá puede estar “pasando la antorcha un poco”. Hopper Jack Penn, su hermano menor, también actúa en la cinta. (El resto del elenco incluye a Josh Brolin y Regina King. Canciones originales de Cat Power, Eddie Vedder y Glen Hansard contribuyen a la banda sonora).
“Siempre pensé que, si ella quería hacerlo, la alentaría”, dijo Penn.
Para Dylan, la relación padre-hija en “Flag Day” — Jennifer intenta ayudar y estabilizar a su padre estafador, pero también hereda algunos de sus hábitos más destructivos — es un reflejo a medias de su propio vínculo.
“Ella siempre se esforzó por tener una relación realmente honesta y transparente con su padre, algo que nunca consiguió”, dijo Dylan. “Yo traté de tener eso con mi papá y sí lo obtuve en retorno”.
Penn ha estado filmando recientemente la serie de Watergate de Sam Esmail para Starz, con Julia Roberts. Ha expresado claramente que se deberían exigir vacunas a todo el mundo en el set. Durante la pandemia, su organización sin fines de lucro Community Organized Relief Effort, que creó después del terremoto de 2010 para ayudar a los haitianos, montó sitios de prueba y vacunación, ayudando a dispensar millones de inyecciones.
Quizás esas experiencias hayan hecho que se sienta aún más repelido por cualquier cosa artificial.
“Mi tolerancia por lo artificial es cada vez menor”, dijo Penn.
Pero trabajar con Dylan fue algo natural. Al hablar de su presencia atenta, incluso desarmadora, llamó a su hija “lo más espontánea posible”.
Penn comenzó más joven que ella. Cuando tenía 21 años, protagonizó “Fast Times at Ridgemont High” (“Picardías estudiantiles”). Se sintió seguro desde el principio en papeles que se parecían a él: “joven y muy tímido”, como describe. Desde entonces trató de mantener esa naturalidad interpretando personajes que le eran más lejanos.
“A distintos grados de éxito y fracaso, ese ha sido el camino: encontrar ese incuestionable original”, dijo Penn. “Hay cosas que veo en Dylan que son muy incuestionables”.