Los nuevos casos de la COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus de Wuhan, siguen aumentando aunque a un ritmo más lento en China, donde el foco se sitúa hoy en varias cárceles del país, que han comenzado a registrar un alto número de contagios.
Según el último balance de la Comisión Nacional de Sanidad, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus ha dejado ya 2.236 fallecidos entre los casi 75.500 casos registrados hasta ayer.
Estas cifras suponen un aumento de 889 casos y 118 muertes con respecto al día anterior. La mayoría de fallecimientos (115) se registraron en la provincia de Hubei, foco de la epidemia.
Hasta el momento, esa región centro-oriental acumula el 83 por ciento de los casos confirmados y el 96 por ciento de los fallecimientos en toda China.
Así pues, Hubei continúa siendo, con mucha diferencia, el mayor foco mundial del COVID-19, ya que, aunque una treintena de países cuentan con casos diagnosticados, China acapara en torno al 99 por ciento de los infectados.
EL VIRUS LLEGA A LAS CÁRCELES
En la jornada de hoy las autoridades hicieron públicos 447 casos confirmados de COVID-19 en cárceles de las provincias de Hubei, Zhejiang y Shandong.
La prensa oficial se hizo eco de estas informaciones y achacó la llegada del virus a las prisiones a la masificación en esos centros y a sus precarias instalaciones médicas.
«No es fácil detectar a los pacientes sospechosos (de haber contraído el COVID-19) y cortar las cadenas de transmisión a tiempo con las insuficientes instalaciones médicas en las cárceles», explicó un funcionario de prisiones anónimo al diario estatal Global Times.
Asimismo, el hacinamiento de reos en los centros penitenciarios podría suponer un peligro añadido debido a la capacidad de transmisión del coronavirus en espacios cerrados que albergan a muchas personas.
La respuesta de las autoridades ha sido la habitual durante estas semanas de epidemia: poner algunos de esos presidios bajo cuarentena, abrir una investigación interna y destituir a una decena de responsables, incluidos el director de la cárcel de mujeres de Wuhan (capital de Hubei) y el secretario del Partido Comunista en el Departamento de Justicia de Shandong.
En la prisión femenina de Wuhan se habían detectado hasta ahora 230 casos, que no habían sido añadidos hasta el momento al conteo general en Hubei debido a que, según las explicaciones oficiales, las cárceles de Hubei no tienen un sistema informático para informar de estos contagios.
En la cárcel de Rencheng, en Shandong, se informó hoy de 207 casos -siete funcionarios y doscientos presos-, mientras que en el total de la provincia, la segunda más poblada del país, solo se añadieron otros dos al balance global, algo que sirve de ejemplo sobre el peligro que supone la llegada del virus a las cárceles chinas.
Mientras tanto, Pekín trata de ofrecer una imagen de calma y de optimismo sobre el estado de la lucha contra el virus. EFE