Con el Barcelona sin opciones de atrapar el título de la Liga española, Lionel Messi tiene que tomar un decisión trascendental.
¿Decidirá culminar su carrera en el club donde se erigió como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos?
¿O será que los reiterados fiascos recientes del Barça al pugnar por los trofeos más codiciados acaben por convencer al crack argentino de ir a buscarlos en París o Manchester?
Los azulgranas quedaron fuera de carrera en la Liga tras sufrir un desmoralizadora derrota el domingo en el Camp Nou. El Celta de Vigo remontó el gol inicial de Messi y se impuso 2-1.
El líder Atlético de Madrid, con un gol del ex azulgrana Luis Suárez, derrotó 2-1 a Osasuna y sólo el Real Madrid podría darles alcance al afrontar la última fecha el próximo fin de semana.
Al Barça le queda un partido en el calendario, pero ya no se juega nada salvo el tercer lugar, así que puede enfocarse plenamente en la “Pulga”.
El pasado verano, Messi soltó una bomba cuando expresó su deseo de irse tras una campaña sin títulos y que acabó con una humillante 8-2 ante el Bayern Múnich en la Liga de Campeones.
Cuando el club se negó a dejarle partir, Messi dijo que se concentraría en esta temporada. Dejó la decisión definitiva sobre su futuro tras el 30 de junio, cuando expira su actual vínculo contractual.
Desde entonces, Joan Laporta ganó unas elecciones por segunda vez para asumir como presidente del club. Laporta estuvo al mando cuando Messi apenas despuntaba y mantiene una buena sintonía con el jugador y su familia. Pero Messi no ha dicho nada sobre su futuro.
“Esperemos que no”, replicó el técnico azulgrana Ronald Koeman cuando se le preguntó el domingo si Messi había disputado su último partido en el Camp Nou — un estadio sin público debido a la pandemia de coronavirus.
“Todavía es el mejor del mundo y también ha demostrado hoy que es imposible jugar sin él”, dijo Koeman. “Ha marcado 30 goles en la Liga y nos ha dado muchos puntos”.
“Es una pregunta para Leo. Por mi parte y del club, esperemos que siga con nosotros. Porque si no está Messi, tenemos duda de quién hará los goles”, añadió.
En el misma noche que el equipo femenino del Barcelona se consagraba por primera vez en la Liga de Campeones tras vapulear 4-0 a Chelsea, el conjunto masculino se desmoronó otra vez con sus despistes defensivos y falta de acierto ante el arco rival.
Messi, con 33 años encima, estiró a 672 su récord goleador en el club con un cabeza para abrir el marcador en la primera parte. Pero como fue constante en las últimas semanas, la defensa capituló. Santi Mina empató para el Celta antes del descanso con un remate en el que el arquero Marc-Andre ter Stegen pudo haber hecho algo más. Mina puso cifras definitivas a los 88, luego que el zaguero Clément Lenglet había sido expulsado por acumulación de tarjetas.
Koeman atinó al incorporar nuevos jugadores en el once titular y llevó al equipo a la conquista de la Copa del Rey el mes pasado.
Los azulgranas también hilvanaron una buena racha que por poco borró una holgada diferencia del Atlético, de más de 10 puntos.
Pero cuando el Barcelona pudo apoderarse del liderato en abril, cayeron 2-1 ante el Granada en casa. Esa derrota acabó de descarrilar al club. Procedieron a empatar contra el Atlético y Levante, previo al revés contra Celta. Si no derrotan al descendido Eibar en la última fecha, podrían ser desplazados por el Sevilla y quedar cuartos en la tabla.
El derrumbe en el último tramo de la temporada podría haber comprometido la continuidad del técnico holandés, abriéndose el compás para la llegada de Xavi Hernández — patrón del mediocampo azulgrana cuando Messi entró en escena.