Por Redacción Transmedia Digital
Lourdes (nombre protegido) tiene un hijo de 22 años. Durante la pandemia él tuvo una crisis nerviosa tan fuerte que su cuerpo se paralizó y perdió la visión. El trastorno funcional neurológico es el nombre médico de lo que le ocurrió. El joven también padecía depresión y ansiedad.
Un fuerte impacto sentimental desencadenó el trastorno, que empeoró cuando no podía ver. Su madre buscó ayuda en el sistema público, pero no tuvo respuesta. Tuvo que ingresarlo por emergencias a una casa de salud privada. «Luego veía cómo pagar, pero creí que se me moría».
Ahí le hicieron exámenes y determinaron que su afectación no era física. Todo lo ocasionaba su mente, y era real. Cuando lo estabilizaron, Lourdes pensaba en cómo continuar con el tratamiento psicológico. El joven debía acudir a terapia tres veces por semana y ella ya no tenía cómo pagarlo.
El acceso gratuito a servicios integrales de salud mental podría convertirse en realidad para los ecuatorianos tras el segundo debate de la Ley de Salud Mental en la Asamblea. Esta norma, que se tratará en el Pleno, este jueves 4 de mayo de 2023, tiene el objetivo de fortalecer la atención médica en esa área.
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De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuatro de cada 100 personas en el mundo sufre un trastorno de depresión. Y tres de cada 100 padecen ansiedad, por lo que estos son los trastornos mentales más comunes.
En Ecuador, 30 de cada 100 habitantes tienen un problema en su salud mental. Por ello, la OPS sostiene que se trata de un tema que preocupa y debe priorizarse.
Cada cita del hijo de Lourdes costaba 40 dólares de manera privada. Sin contar con gastos de movilización sumaban 480 al mes, más que un sueldo básico en Ecuador. Es así que el joven permaneció durante un par de semanas sin tratamiento. En el centro de salud más cercano le dieron cita y fue atendido, pero la segunda terapia la tendría en cuatro meses y no era suficiente.
Lourdes tuvo que vivir un calvario para encontrar la manera de pagar el tratamiento que tanto necesitaba su hijo. En una fundación obtuvo la anhelada ayuda y pudo recuperarse. Le incluyeron terapia ocupacional y luego de un año estaba casi «como nuevo». Para Lourdes, esta experiencia no debió hacerla padecer más de lo que involucra ver a un hijo enfermo. «El sistema me falló, le falló a él y así a cuántos más que terminan muertos y son solo cifras para el Gobierno».
Se requieren 70 votos en el Pleno
Marcos Molina, presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, está seguro que en el segundo debate el Pleno aprobará la Ley. Para eso se requieren 70 votos para aprobar la ley, que busca «promover, regular y garantizar» el servicio de salud mental para los ecuatorianos. El legislador se muestra confiado de conseguir «hasta más» votos.
Al tratarse de un proyecto de salud mental, Molina aseguró que ha sido elaborado de la mano de los ministerios de Salud Pública, Inclusión Económica y Social, Finanzas y otras entidades estatales. «Hay que olvidar las banderas políticas, será una votación humana», dijo. Ante la posible presencia de colectivos de la sociedad civil en los exteriores del Palacio Legislativo, el legislador señaló que se trataría de «muestras de entusiasmo».
Para ejecutar la Ley se utilizará el mismo presupuesto que existe, pero es necesario distribuirlo adecuadamente para que se logre cubrir todas las necesidades en el área de salud mental. Según el parlamentario son 3 600 millones de dólares que «deben ser organizados y administrados» para atender a la población vulnerable.
Una de las soluciones que plantea la Ley para manejar problemas de salud mental es la creación de centros comunitarios. En ellos se podría acceder de manera más rápida y sencilla a la atención médica, ocupacional y preventiva, dice el Presidente de la Comisión de Salud.
También señaló que se incorporará a más profesionales de la rama a las filas del MSP. Finalmente, «si no hay salud mental no hay salud pública», sostuvo el legislador.
La postura de la sociedad civil
Ramona Mendoza, presidenta de la Fundación Ecuatoriana de Ayuda Terapéutica y Preventiva de Enfermedades Mentales (Featpem), lamentó que pasara tanto tiempo para tener la posibilidad de que se apruebe una ley. «Recién en estas fechas se dan cuenta algunos qué importante es la salud mental», dijo.
Tener claros los procedimientos para actuar dará una ventaja a las personas que en Ecuador viven con una enfermedad mental. «Será un respaldo para nuestra integridad y derechos», aspira.
Actualmente, denuncia, el sistema de salud pública no cuenta con recursos. No hay especialistas, dice, y «uno tiene que ir y venir para conseguir su medicina». Mendoza enfatiza en que las personas usuarias de servicios de salud mental no son diagnósticos; «somos seres humanos». Y la atención médica debería ser tan prioritaria como la física, concluyó.
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