Sinónimo de identidad, fusión de sabores sencillos pero potentes, un emblema de Manabí y la consentida en millones de mesas ecuatorianas.
Su coloración oscura le da un nombre también muy peculiar.
Está desde hace varios años en la mira de investigadores, que van desentrañando su historia y de cocineros que sola o acompañada, han logrado que su sabor llegue cada vez a más paladares.
Hoy aprenderemos una forma tradicional de prepararla y saborearla, pero también le dará un toque inigualable a un envuelto de yuca, un encocado, un pastel y hasta un helado.
Que nadie se mueva de su siento que ya llegó la sal prieta.
