‘Todavía tengo mucho más por qué vivir’: Rogerio padece Castleman, una enfermedad rara que produce crecimiento de tumores

Actualizado 16:05

Redacción Teleamazonas.com |

«Todavía tengo mucho más por qué vivir y si estoy vivo es por alguna razón». Son las palabras de Rogerio Feijoó, quien a sus 28 años fue diagnosticado con una enfermedad rara contra la cual lucha desde la pandemia de covid-19.

Se trata de la enfermedad de Castleman. Esta que provoca el crecimiento de tumores en el tejido linfático. El joven recibió el diagnóstico en el 2020, tras realizarse, por prevención, una tomografía de sus pulmones.

«Cuando me hice el examen salió que tenía una lesión. Es decir, una presencia de una masa. A inicios del 2022 comencé a tener problemas de falta del aire. Mi sistema inmune hizo que baje muchísimo», cuenta Rogerio.

Sus cálculos apuntan a que ha gastado más de 45 000 dólares. Ha buscado recibir un tratamiento o ayuda en el sistema público de salud, sin resultados favorables. «No, yo no atiendo esto», le han respondido. «Llegué con un cirujano, me derivó a un oncólogo y terminé con una hematóloga», cuenta el joven.

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La madre de Rogerio, Susana, viajó desde Piñas para buscar ayuda y cuidar a su hijo. Ella cuenta que ha presentado oficios en la Presidencia de la República. Lo mismo en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), donde le pidieron que espera. «El tiempo es oro para nosotros», dice la madre de Rogerio.

Frente a la dificultad de recibir el tratamiento adecuado y oportuno en el sector público comenzaron a buscar ayuda en el privado, en el cual a Rogerio le diagnosticaron cáncer. El joven ya ha pasado por cuatro cirugías que han durado hasta 10 horas.

En Estados Unidos, menos de 1 000 personas padecen esta extraña enfermedad, mientras que en Ecuador las cifras no llegan ni a 10.

Rogerio y su familia pieden ayuda del Gobierno y del sector privado. Para colaborar con su caso se pueden realizar aportes económicos a la cuenta de ahorros del Banco Pichincha 2208289836, a nombre de Rogerio Feijoó.

En medio de la lucha que atraviesa durante cerca de cinco años, el joven mantiene la esperanza de vencer la enfermedad de Castleman. «Mi vida es un día a la vez».