La semana pasada se registró en India un escenario caótico en medio de la crisis causada por los efectos del coronavirus en ese país.
India marcó un nuevo récord en su territorio con 300 000 nuevos casos de COVID-19 y 2 000 muertes por esta enfermedad en un solo día.
Incluso se registraron incineraciones masivas de cadáveres pues el servicio funerario sobrepasó su capacidad y el número de decesos por COVID-19 en el país se disparó por lo que se tuvo que recurrir a este método para mitigar una nueva crisis provocada por la pandemia.
Ante esta situación, los sectores más adinerados de la India decidieron abandonar al país recurriendo a vuelos en jets privados. Además el costo de los boletos de avión se dispararon por la demanda.
Según el portal de noticias de Yahoo, » Esta situación ha generado una estampida de las clases más adineradas hacia destinos en el exterior. Según los portales de comparación de precios, un ticket para volar de Bombay a Dubai, poco menos de tres horas de vuelo, costaba este viernes hasta 80.000 rupias (unos 1000 dólares), un precio diez veces superior al habitual. Los billetes de un vuelo Nueva Delhi-Dubai podían superar las 50.000 rupias (670 dólares), tras haberse multiplicado por cinco«.
La crisis sanitaria y humanitaria de la India hizo que el Reino Unido prohibiera el ingreso de los vuelos provenientes de dicho país, a no ser que se trate de ciudadanos irlandeses y británicos.
Solo en Israel se ha reportado el control de la pandemia de COVID-19 gracias a que el Estado consiguió vacunar a toda la población, aproximadamente nueve millones de personas, lo que les permitió permitir que en espacios abiertos no se use la mascarilla como una norma de protección y reducir esta disposición a lugares cerrados como el transporte público, oficinas y otros.