Tomás Gimeno, el hombre desaparecido junto a sus dos hijas Anna y Olivia, de uno y tres años respectivamente, el pasado 27 de abril en la isla española de Tenerife, habría asesinado a las niñas en su finca y arrojado sus cuerpos al mar, en un plan preconcebido para causar a su expareja el mayor dolor, según la investigación.
Más de 40 días después, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de Olivia. Estaba en el fondo del mar dentro de una bolsa atada al ancla de la embarcación del padre.
Son datos de un auto judicial difundido este sábado, tras conocerse que Olivia, la niña mayor, cuyo cadáver fue localizado el pasado jueves, dentro de una bolsa de deporte y hundido en el mar a mil metros de profundidad,. La menor murió a causa de un edema pulmonar agudo, de acuerdo a las primeras informaciones de la autopsia.
Según la magistrada encargada de dirigir la investigación, Gimeno, de 35 años, «de manera deliberada quiso colocar (a su expareja y madre de sus hijas) en la incertidumbre acerca de la suerte o destino que habían sufrido en sus manos Olivia y Anna».
En el auto, la jueza deja sin efecto la vigente orden internacional para la detención del presunto parricida por el delito de sustracción menores y sustituirla por otra por dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género
La magistrada expone en el mismo texto los resultados de la investigación en un relato en el que revela que, desde que se rompió la relación entre los padres de las niñas, hace cerca de un año. En el documento detalla que Tomás dedicó a su expareja «un trato vejatorio y denigrante» con «comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes».
Con ellos, señala, pretendía menospreciar a la madre, Beatriz Zimmermann, de sus hijos «por haber rehecho su vida con una nueva pareja»; y aseguraba no tolerar «que compartiera momentos con sus hijas».
Este sábado además el Tribunal Superior de Justicia de Canarias comunicó que la pequeña Olivia Gimeno falleció a causa de un edema agudo de pulmón; y que las autoridades se encuentran a la espera del resultado de los análisis toxicológicos, biológicos e histopatológicos.
TRÁGICA DESAPARICIÓN DE ANNA Y OLIVIA
Beatriz Zimmermann y Tomás Gimeno mantuvieron una relación fruto de la cual nacieron Anna y Olivia. Dicha relación se terminó hace aproximadamente un año. Desde entonces Tomás vivía en Igueste de Candelaria y Beatriz junto a sus hijas en Radazul.
Tomás en reiteradas ocasiones emitió comentarios descalificativos y ofensivos hacia su expareja tratando de menospreciarla por tener una nueva relación. Además, Gimeno tenía antecedentes de ser un hombre impulsivo, violento. Uno de los primeros hechos de agresiones se registró en agosto pasado cuando atacó a la nueva pareja de Zimmerman.
El 27 de abril, Tomás acordó con Beatriz pasar la tarde con sus hijas y luego llevarlas a la casa de sus exparaja en la noche.
Según detallan los medios locales, el hombre llevó a asu hijas a varias actividades. Durante su recorrido entregó a su pareja un estuche lapicero con cinta de embalar, pidiéndole que le llamara a las 23.00 horas del mismo día. Sin embargo, la mujer abrió el estuche, encontrando en su interior un fajo de dinero y una carta despidiéndose de ella.
Tras realizar varias actividades, Tomás llegó a su casa en Igueste de Candelaria, donde presuntamente asesinó a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura.
Posteriormente, Tomás se desplazó con su vehículo, en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos sin vida de Anna y Olivia, hasta Santa Cruz, parando un momento en casa de sus padres, donde a escondidas dejó su perro, dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de un Alfa Romeo que había dejado la madrugada del mismo 27 de abril, hacia las 00.30 horas, en la finca donde ejercía su actividad profesional, situada en Guaza.
ANGUSTIANTES LLAMADAS
La madre llamó en la noche a Tomás, quien le dijo que iban a comer algo y que le dejaría a las niñas en casa. Sin embargo, Beatriz tras pasasr el tiempo acordado se preocupó e insistió llamando a Tomás, quien le comunicó que ya estaba fuera de la isla con las niñas.
Poco después, llamó de nuevo a Tomás, quien le dijo que no iba a ver a las niñas ni a él porque iba aempezar una nueva vida. Minutos después, Beatriz insistió con la presencia de la Guardia Civil pero la respuesta fue la misma.
Cuando ya estaba suficientemente alejado de la costa, arrojó al mar las bolsas de deporte que contenían los cuerpos sin vida Olivia y Anna; ambas amarradas a un ancla por medio de una cadena y un cabo, quedando las bolsas, junto al ancla, depositadas al fondo del mar.
Después, Tomás volvió a llamar a Beatriz y le dijo que él no podía permitir que sus hijas crecieran sin su padre. Finalmente, varias horas después llamó para despedirse.
Además, según informaron los medios locales, mandó varios mensajes de despedida a sus amigos, a los que comunicó que les dejaba varias de sus pertenencias; y a su padre, disculpándose pero que necesitaba esto y que por fin estaría bien.
Con información de EFE