El gobierno estadounidense anunció que, a partir de este viernes, no otorgará visas de turista a las mujeres extranjeras embarazadas que visiten el país. Esta nueva restricción se da con el objetivo de frenar el “turismo por nacimiento”, una práctica que asegura la nacionalidad de los niños en el territorio norteamericano.
De acuerdo con un comunicado emitido por la secretaría de Prensa de la Casa blanca, se detalla que se realizará un cambio en las regulaciones para otorgar las visas de turista (B1 Y B2):
[…] Es necesario para fortalecer la seguridad pública, la seguridad nacional y la integridad de nuestro sistema de inmigración.
Los críticos de este sistema aseguran este tipo de práctica es legal y está amparada por la misma Constitución de Estados Unidos, la cual establece que las personas nacidas en territorio estadounidense tienen derecho a la ciudadanía, aún si sus padres no son ciudadanos.
A los 21 años de edad, esos hijos tienen el derecho a solicitar la residencia permanente legal de sus familias, algo que los críticos del sistema califican como “inmigración en cadena”. Al respecto, el comunicado explica:
La industria del turismo de parto amenaza con sobrecargar los valiosos recursos hospitalarios y supone una actividad criminal en sí.
Algo cuestionable de la misiva de la Casa Blanca es que no presenta cifras concretas del número de casos o los costes que esa práctica puede tener para la economía. Tampoco se ha explicado en qué forma ese “turismo” amenaza la seguridad nacional.
Cálculos hechos por el Centro para Estudios de Inmigración (CIS, en inglés) aseguran que cada año hay unos 20.000 partos de mujeres que llegaron al país con visas de turista y luego se fueron de Estados Unidos.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), el Gobierno admite cada año 1,1 millones de inmigrantes y el 79 % de la inmigración legal se sustenta en la reunificación familiar.
Fuente: Secretaría de Estados Unidos/CNN en español