Reino Unido recibió un cargamento con 300 respiradores artificiales que llegaron desde China y la compra fue celebrada por sectores del estado y del pueblo.
Pero, días después, un grupo de médicos del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) de Sandwell y West Birmingham hicieron una grave advertencia sobre los dispositivos Shangrila 510.
De los 300 respiradores, 250 representaban una amenaza grave para los pacientes con COVID-19. «Creemos que si se usa, es probable que produzca daños significativos al paciente, incluida la muerte. Esperamos ansiosamente que estos respiradores sean retirados y reemplazados por otros dispositivos que estén en mejores condiciones para proporcionar respiración de cuidados intensivos a nuestros pacientes», sostienen los expertos.
Los científicos médicos indicaron que estos respiradores son muy básicos y de baja calidad, además son difíciles de limpiar, algo que resulta determinante a la hora de usarlos en pacientes víctimas de una pandemia viral.
Por último, los médicos dicen que el suministro de oxígeno que proporcionan estos respiradores, es inestable y poco fiable. Según medios internacionales las autoridades no responden a la pregunta sobre la cantidad de estos dispositivos se compraron a China.