El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, presentó, este viernes 13 de septiembre de 2024, el plan para la recuperación de los ríos de la ciudad. El proyecto tardará 17 años y costará alrededor de 900 millones de dólares.
Sin embargo, Muñoz recalcó que se trata de un plan que permitirá, no solo recuperar los ríos y quebradas, sino tratar las aguas residuales. En la actualidad, solo son tratadas el 3% y se planea llegar al 97%.
Esta iniciativa representa una de las inversiones más grandes en infraestructura ambiental que la capital ecuatoriana ha visto en las últimas décadas. Tiene como principal objetivo mejorar la calidad de las aguas de 136 quebradas y 19 ríos, entre ellos el Machángara y el Guayllabamba, dos de los cursos fluviales más afectados por la contaminación en la urbe.
El proyecto contempla la construcción de 22 Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para cubrir casi el 100% de las aguas residuales del Distrito Metropolitano.
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El planteamiento de Muñoz se da luego que una jueza declarara al río Machángara como sujeto de derechos y ordenara su limpieza y recuperación. El Primer Personero de la ciudad aprovechó su intervención para criticar la acción de protección que concluyó con la citada sentencia.
“Un siglo va a contaminarse los ríos de Quito, pero cuando viene la primera administración que plantea una estrategia, van donde los abogados para que ellos, sin conocimiento en la materia, dictaminen como hacerlo. ¿Si alguien tiene un dolor de muela se va al dentista o al abogado? ¿Si queremos tratar la contaminación de ríos vamos con la Procuraduría del Municipio o donde los técnicos expertos de la EPMAPS?”, cuestionó Muñoz que también apeló la decisión judicial.
Según la planificación, las PTAR tendrán la capacidad de tratar las aguas residuales antes de ser vertidas nuevamente en los ríos. Esto ayudaría a reducir significativamente los niveles de contaminación. Esta infraestructura no solo mejoraría la calidad del agua, sino que también reduciría el impacto ambiental en toda la cuenca hidrográfica de la ciudad.
Las cuatro PTAR principales que se plantea construir son: Quito, Calderón, Río Monjas y Tumbaco.También se incluye la construcción de otras 18 en parroquias rurales.
Una deuda ambiental de larga data
La contaminación de los ríos en Quito es un problema que ha persistido durante décadas. El crecimiento acelerado de la población, la urbanización descontrolada y la falta de infraestructura adecuada han hecho que las aguas de los principales ríos de la ciudad se vean gravemente afectadas por la descarga de aguas residuales sin tratamiento. Según estudios previos, ríos como el Machángara han sido históricamente receptores de desechos industriales y domésticos, lo que ha llevado a una severa degradación de su calidad.
Desde los años 80, diversos estudios han advertido sobre el impacto ambiental y en la salud pública que esta situación genera, particularmente en las comunidades más cercanas a estos cuerpos de agua.
No es la primera vez que se plantea una solución. En años anteriores, han existido proyectos y promesas de descontaminación, pero la mayoría ha carecido del financiamiento necesario o de una estrategia a largo plazo.
En 2013, por ejemplo, el gobierno local intentó implementar un plan para reducir la carga contaminante de las aguas residuales mediante la instalación de sistemas de pretratamiento, pero los resultados fueron limitados.
Desafíos a largo plazo
Aunque el plan de descontaminación es un paso crucial, no está exento de desafíos. La ejecución de un proyecto de esta magnitud requiere no solo de un fuerte compromiso financiero, sino también de una coordinación interinstitucional efectiva.
Muñoz insistió en que los fondos son vitales para avanzar con el proyecto. Y recordó la deuda del Gobierno Central con la ciudad, que asciende a 90 millones de dólares.
En primera instancia, el Alcalde aseguró que será el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) el que aportará al financiamiento para construir la planta de Tumbaco.
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