El otrora halagado Real Madrid de Carlo Ancelotti parece ya pasado. Ahora es un equipo sin mucho rumbo, haciendo nuevamente aguas en línea defensiva.
En apenas una semana ha perdido el brillo, sumando este domingo su segunda derrota consecutiva en apenas cinco días; y esto se suma al empate casero con el Villarreal hace dos sábados.
La derrota casera europea ante el novato Sheriff Tiraspol de la desconocida Transnistria (1-2), que juega en el campeonato moldavo, levantaron alarmas. Pero se tomó como un mero accidente por exceso de confianza y por no materializar las numerosas ocasiones de gol.
Sin embargo, este domingo, en un terreno habitualmente ‘amable’ como es Sarriá, no hubo excusa. El Espanyol le ganó en todo, ganas, disputas, mejor posicionamiento, mejor lectura del partido, acierto. Cayó por 2-1, y pudo igualar al final, pero hubiera sido inmerecido. Saltan las alarmas en Real Madrid, la casa blanca futbolística.
Atlético, la otra cara en Madrid
En cambio, en la otra acera madrileña, aumenta la euforia con su Atlético. El vigente campeón hundió aún más al Barcelona (2-0), con un muy notable partido del portugués Joao Félix. De paso, el uruguayo Luis Suárez anotó un gol pero no lo celebró por su pasado barcelonista.
El cuadro del Cholo Simeone dejó la pelota al de Ronald Koeman, pero le mató cuando quiso. Fue superior, pese a que tampoco disputó un partido de dejar con la boca abierta; pero es que no lo necesitaba, fue en todo instante superior.
En tienda de Barcelona, en cambio, antes del partido el presidente Joan Laporta confirmó en el cargo a Koeman, sea cual fuese el resultado.
Curiosamente, días antes se llenaron páginas y webs sobre quien sería el sustituto del holandés en el banquillo. Es que hay una aparente ‘tóxica relación’ entre mandatario y técnico.
El equipo sigue haciendo aguas y espera a sus lesionados Dembelé y Sergio ‘Kún’ Agüero, pues ‘esto es lo que hay’.