Este domingo, el Real Madrid conquistó su undécimo título de la Supercopa de España tras imponerse en el lanzamiento de penaltis al Atlético de Madrid, después que el partido terminara sin goles en el King Abullah Sport City.
Los errores en los penaltis de Saúl, que lanzó al palo, y Thomas Partey proporcionaron el éxito al Real Madrid y alimentaron la leyenda ganadora de su técnico, Zinedine Zidane, un experto en finales que de una u otra forma sale triunfal de cada cita decisiva.
La undécima Supercopa del Real Madrid es la segunda del preparador francés. El hombre que no pierde finales y que logró en Yeda su noveno título en lo que lleva de carrera.
Por quinta vez en los tiempos recientes el desenlace requirió de, al menos, la prórroga. Ocurrió con las dos finales de la Liga de Campeones que ganó el Real Madrid ante el equipo rojiblanco, con la Copa del Rey que conquistó en el Santiago Bernabéu el Atlético en 2012 y en la Supercopa Europea de hace dos años.
Los dos equipos menos goleados de la Liga española mantuvieron un duelo equilibrado, espeso, excesivamente táctico, respetuoso y sin alegrías, a diferencia de las semifinales.
Zidane prolongó su confianza en el once que superó al Valencia, con cinco centrocampistas y solo Luka Jovic en punta. Quería el balón el técnico francés, que parece haber dejado de lado el fútbol directo de no hace mucho. Frente, a un rival ordenado, sin espacios, que dio un paso en la presión en cuanto vio las dificultades del Real Madrid para sacar la pelota.
Dos tiros lejanos de Casemiro y Luka Modric apenas inquietaron al Atlético Madrid, quien se animó con un par de fogonazos pero le faltó algo de convicción. Joao Félix no se pudo creer que la pelota le llegara a los pies regalada por Sergio Ramos. El portugués desperdició el regalo y tiró fuera. Igual que Álvaro Morata después de otro error de la zaga rival.
Ningún equipo consiguió anotar y el desenlace llegó en los penaltis. Saul y Thomas fallaron, mientras que en el Real Madrid todos marcaron.
FUENTE: EFE