El robo de tapas de alcantarillas y sumideros de hierro es un problema que le cuesta a la capital ecuatoriana millones de dólares cada año. Para reducir los costos y evitar los robos se ejecuta un plan piloto para cambiar las rejillas de hierro por unas de plástico reciclable.
El Municipio de Quito anunció que 80 piezas de plástico ya fueron colocadas en diferentes puntos de la ciudad. El funcionamiento de estas será evaluado para medir su funcionalidad y eficiencia.
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De acuerdo con Paúl Calle, subgerente de Saneamiento de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), el costo de reponer cada rejilla es de 300 dólares entre mano de obra y materiales.
Reveló que en 2023 la institución gastó 1,7 millones de dólares en la reposición de rejillas. «Recursos que podrían utilizarse para obras en la ciudad», según Calle.
También alarma el creciente número de robos de estos accesorios. En 2022 fueron 2 107 rejillas que se reemplazaron, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 6 489. Esto representa un aumento del 308%.
Frente a esto, a empresa ha realizado las denuncias respectivas. Hasta la fecha se han logrado condenas que incluyen prisión, multa y reposición de los accesorios hurtados.
El delito de hurto está tipificado en el artículo 196 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) y establece una pena de seis meses a dos años de cárcel. Sin embargo, al tratarse de bienes públicos se constituye un agravante que puede aumentar a la sanción un tercio de la pena prevista.