Eduardo Mendúa, dirigente de la nacionalidad Ai’Cofán, fue asesinado la tarde del domingo 26 de febrero de 2023. Tenía 39 años y los últimos los vivió en una lucha por evitar la expansión petrolera en su comunidad: Dureno.
Mendúa, padre de seis hijos, estaba en su chakra —un pequeño sembradío junto a su casa— con su esposa cuando personas encapuchadas que llegaron en una canoa dispararon contra él. Según sus familiares, al dirigente le dispararon 12 veces por la espalda, sin darle ninguna oportunidad de defenderse.
La madrugada del 27 de febrero, horas después del asesinato, la Policía detuvo a un sospechoso que fue identificado por testigos. Sin embargo, las investigaciones continúan para encontrar a otros presuntos responsables.
Según versiones de la Policía, el asesinato de Mendúa estaría relacionado con conflictos internos dentro de la comunidad de Dureno. Según la Policía, la comunidad está dividida entre quienes apoyan la explotación petrolera y quienes, como Eduardo Mendúa, se oponen a ella. Antes del asesinato, Mendúa habría recibido amenazas.
Además, en enero de 2023, Mendúa denunció que trabajadores de Petroecuador entraron a su territorio y les dispararon. El incidente no dejó víctimas mortales, pero varias personas resultaron heridas.
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Su lucha
Eduardo Mendúa era dirigente de Relaciones Internacionales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Fue electo para el cargo en la Asamblea de la Conaie y ejercía el cargo desde junio de 2021.
También era un líder en la comunidad Cofán de Dureno. Andrés Tapia, comunicador de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), dice que Eduardo Mendúa fue parte de la guardia indígena de su comunidad. Defendía sus territorios de las industrias extractivas.
Desde hace varios años, la petrolera estatal Petroecuador ha intentado ampliar el pozo de Dureno con tres plataformas que ocupan parte del territorio Cofán del mismo nombre. Mendúa lideró la oposición a esa expansión alegando que se vulneró el derecho a la consulta previa y sus derechos colectivos.
Pero a finales de 2021, Petroecuador avanzó con la construcción de una vía dentro de la comunidad y la lucha de Mendúa se intensificó. Ocho meses antes de ser asesinado, el líder Cofán empezó a denunciar la entrada de la estatal petrolera y se inició una medida de hecho para evitar la continuidad de los trabajos de Petroecuador. Así lo detalló Jorge Acero, defensor de los derechos humanos y parte del equipo de la organización Amazon Frontlines.
Durante todo ese tiempo, dice Acero, Eduardo Mendúa “estuvo liderando desde una posición muy clara de no permitir que entren al territorio”. Según la Conaie, el defensor de la naturaleza fue asesinado precisamente por su lucha anti extractivista.
Su vida personal
El defensor de derechos humanos Jorge Acero recuerda a Mendúa como un líder nato. Dice que el dirigente “demostró en los últimos meses que era de posiciones muy firmes y claras” que tenía una gran capacidad de liderazgo y de movilizar.
Además, cuenta que Mendúa era un hombre que “encarnaba mucha claridad y unificaba a las personas”. Según Acero, debido al extractivismo, la comunidad de Dureno estaba muy dividida. Pero Eduardo Mendúa unió a muchas familias. “Eduardo consiguió la unidad, consiguió llevarlos hacia un sentido común”, dice.
Eduardo Mendúa representaba a muchas familias en su comunidad y, tras su muerte, dice Acero, las personas se preguntan qué es lo que van a hacer. Su muerte es la pérdida de un amigo, un hermano y un líder, señala.
Su familia, amigos y la comunidad aseguran que no buscarán venganza contra los responsables. Sin embargo, sí esperan que se haga justicia y que este crimen no quede en la impunidad. Mendúa deja seis niños en la orfandad.