Vecinos de El Inga denuncian que los malos olores que se originan desde el relleno sanitario afecta su cotidianidad y su salud.
Mencionan también que con el relleno sanitario lo único que han recibido es contaminación, pues en este barrio no existe alcantarillado.
El mal olor atrae a insectos y roedores, otra problemática que se registra a diario en este lugar.
Por su parte el Municipio de Quito realiza los estudios de lo que sería un nuevo botadero de basura pues el de El Inga solo funcionará hasta 2024.
Cecilia Pacheco, secretaria de Ambiente de Quito, asegura que al momento se realizan los estudios para la construcción de lo que será un complejo ambiental.
“Ya cumplió su vida útil (…) hay que hacer un plan de cierre y abandono. Estamos trabajando ya en una alternativa”.
Según la planificación se trabajará a través de ordenanzas y normas para que desde casa se pueda clasificar los residuos.
Los detalles: