El explorador robótico Perseverance, que llegó a Marte en febrero pasado después de casi siete meses de viaje desde Florida, recogió el pasado 6 y 8 de septiembre las primeras muestras en suelo marciano para analizar si alguna vez hubo vida en el planeta rojo.
Después de un falido intento, el 6 de septiembre el Perseverance logró extraer su primera muestra, a la que se dio el nombre de Montdenier, de una roca identificada como ‘Rochette’. Y dos días después, el róver obtuvo una segunda muestra, Montagnac, de la misma roca.
Tras los primeros análisis, la NASA anunció este viernes que «Rochette» es de origen volcánico y que ha estado en contacto con el agua en algún momento de los últimos 3.500 millones de años.
En el documento difundido por la agencia se datalla que la ‘Rochette’ es de composición basáltica y puede ser producto de flujos de lava. Además, indica que dentro de las muestras se han descubierto sales que pueden contener «pequeñas burbujas de antigua agua marciana«.
«Parece que nuestras primeras rocas revelan un entorno sostenido potencialmente habitable«, señaló Ken Farley, científico del proyecto de la misión. «Es importante que allí haya habido agua durante mucho tiempo», subrayó. Afirmación que refuerza la idea de que Marte pudo albergar vida en algún momento.
My first two rock samples are likely volcanic with hints of salts that may hold bubbles of ancient water. They’re pieces of a bigger puzzle, to learn:
— NASA's Perseverance Mars Rover (@NASAPersevere) September 10, 2021
– how this area formed
– its history of water
– if past life ever existed here
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La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) están planeando una serie de misiones futuras para devolver las muestras del rover obtenidas en Marte a la Tierra para un estudio más detenido.
Además, el Perseverance tiene de igual forma previsto recoger muestras del delta del cráter Jezero, donde se prevé había un río y un lago dentro del cráter; una región puede ser especialmente rica en minerales arcillosos.
En la Tierra, estos minerales pueden preservar signos fosilizados de vida microscópica antigua y, a menudo, se asocian con procesos biológicos, explicó la NASA.