En la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, un equipo de científicos abrieron por primera vez el lugar considerado por los cristianos como la tumba de Jesucristo.
La placa de mármol que recubre la tumba se desplazó durante tres días para las obras de restauración en esta iglesia en octubre de 2016. Esa fue la primera vez que abrieron el sepulcro, ubicado en una pequeña estructura, ubicada bajo la cúpula de la iglesia, que fue reconstruida en mármol después de un incendio.
Está mantenido desde hace décadas por una estructura metálica, que sustenta el conjunto de los bloques de mármol. Sin embargo, éstos se estaban separando por las condiciones meteorológicas y, sobre todo, por el flujo cotidiano de miles de peregrinos y turistas.
Esa así que en 2016 fue desmontado y reconstruido de forma idéntica. Y sólo las piezas más frágiles o rotas fueron substituidas y las placas de mármol que se podían conservar se limpiaron. Asimismo se consolidó la estructura que las mantiene.
La presencia de Dios se siente de una manera poderosa en el Santo Sepulcro, tumba de Nuestro Señor Jesucristo. La fe nos convierte en una pueblo fuerte, sin miedo para enfrentar los problemas, con esperanza para construir una nación más justa y solidaria. pic.twitter.com/2GPxsto87I
— Juan Orlando H. (@JuanOrlandoH) June 24, 2021
Las conclusiones de ese equipo de expertos fueron reveladas por la National Geographic Society, que participó del proyecto «Intervenciones de conservación, fortalecimiento y reparación para la rehabilitación del Santo Edículo» de la Iglesia de la Resurrección de Jerusalén.
Hemos retirado la cobertura de mármol de la tumba y nos ha sorprendido la cantidad de material de relleno que hay debajo», explicaba Fredrik Hiebert, arqueólogo de la National Geographic Society, en el momento de la apertura de la tumba.
¿QUÉ SE ENCONTRÓ?
Entre algunos de los descubrimientos dentro de la tumba se encontró una segunda lápida grisácea con una cruz grabada sobre una superficie algo más blanquecina.
Además, tras remover esa lápida, el techo mortuorio fue encontrado en perfecto estado. Y, de acuerdo con la información entregada en su momento por los científicos, dentro del santuario se encontraron también las paredes originales de la cueva en piedra caliza.
En este espacio, de acuerdo con los cristianos, solo yació durante tres días el cuerpo de Jesucristo; pues este resucitó al tercer día de su muerte.
A pesar de que es imposible comprobar que allí haya estado su cuerpo, seis órdenes cristianas (Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Apostólica Armenia, la Iglesia Ortodoxa Siria de Antioquía, la Iglesia Ortodoxa Copta y la Iglesia Ortodoxa Etíope) que la custodian concuerdan en que allí estuvo el cuerpo del hijo de Dios.
No obstante, las evaluaciones científicas realizadas en 2017 confirman que los restos de la cueva de piedra caliza ubicada en el interior de la Iglesia de la Resurrección en Jerusalén son los de la tumba localizada por los romanos entre el año 325 y 326.
La datación de la mezcla usada en su construcción es del año 345 aproximadamente, según reveló la National Geographic Society.